miércoles, 1 de diciembre de 2010

Jonah Hex, de Jimmy Hayward


El director debuta en el largo tras dedicarse a la animación –trabajó para Pixar en algunas de sus producciones recientes- y más le hubiese valido quedarse allí, porque el desastre del que es responsable no se olvida fácilmente.

Jonah Hex puede ser sin dudarlo mucho la peor película del año, máxime cuando se tiene en cuenta su reparto: Josh Brolin (American Gangster), John Malkovich (Crónicas mutantes, El intercambio), Megan Fox, Michael Flassbender (Centurión, Malditos bastardos), Michael Shannon (Boardwalk Empire, Teniente corrupto, Revolutionary Road), Lance Reddick (Fringe, The Wire) o Jeffrey Dean Morgan (Supernatural, Watchmen, Los perdedores) que para colmo se vuelve a morir.

Y es que la historia no tiene ni pies ni cabeza, a priori la de un pistolero desfigurado y que ha perdido a su familia que se gana la vida como caza recompensas, que posee un don místico para hablar con los muertos y que hace uso de una serie de gadgets a lo James Bond sonrojantes. Los actores están fatal todos y cada uno de ellos, pero lo que de verdad clama es la dirección y montaje, donde no se entiende nada de lo que pasa. Teniendo en cuenta que es un western basado en un cómic de DC, algo podrían haberse esforzado en seleccionar alguna historia digna de contar, pero ni eso. No tengo claro si en Estados Unidos llegó a estrenarse en cines, porque de verdad que es pésima, pero aquí en España seguro que directamente a DVD –la tendencia de estrenar en alquiler o compra sin pasar por taquilla películas basadas en cómics se está fortaleciendo, no hay más que echarle un vistazo a la etiqueta de este post-.

Es una película que no tiene absolutamente nada que valga la pena. Ni siquiera Megan Fox, que lleva una carrera ella solita como para proponérselo. 

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