El cambio de rumbo que el guionista escocés le dio a la colección en su segundo volumen -autoimpuesto en cierta forma por las bajas ventas y la cada vez mayor probabilidad de cancelación de la serie- continuó al menos durante unos números más tras la aventura anterior, contando además con la tan ansiada unidad gráfica que le proporcionaba los lápices de Phil Jiménez, lo más parecido a un autor regular de la serie. Eso no impidió que necesitara ayuda en algunos números, de ahí que en este recopilatorio se puedan encontrar a otros artistas como Michael Lark, Chris Weston o Philip Bond.
Recapitulando: la colección de The Invisibles veía como se publicaba su segundo volumen -de los que serían finalmente tres- y aquí se recopilaban los números #5 al #13 americanos.
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| Portada del recopilatorio, de Brian Bolland |
Los tres primeros números son a la vez un epílogo y una continuación de la aventura anterior, cuando el grupo penetró a la fuerza en un complejo de alta seguridad en Nuevo México tras la vacuna del sida. Las monstruosidades que descubrieron allí les forzaron a salir por patas y refugiarse en San Francisco, donde Mason los pone en contacto con el doctor Takhasi, un científico japonés que anda trabajando en una máquina del tiempo. El grupo de divide de nuevo: mientras Fanny y Jack parten en una aventura conjunta para recuperar un objeto místico llamado la Mano de la Gloria -para loque tendrán que rendir plaetesía al Arlequinado, un trío de personajes sacados de la Commedia dell'Arte con extraños poderes- y King Mob sigue en su proceso particular de curación, una serie de matones japoneses sin escrúpulos secuestran a Mason y Takhasi y dan por muertos al resto de miembros de Los Invisibles.
Estamos ante otra historia de acción donde Morrison aprovecha para ir cediendo protagonismo a su creación favorita: Kig Mob. Al tiempo que nos revela el verdadero origen de Ragged Robin, que no es otro que el futuro, aunque de donde provienen sus habilidades telepáticas todavía permanece entre tinieblas. Las secuencias de esta están dibujadas por otro artista, no por Jimenez, para crear la diferencia necesaria entre ambas épocas. Por fin echaremos un vistazo a la Universidad Invisible y a algunos de sus secretos y volveremos a tiempo para la reunión del grupo. De momento todo se entiende bastante bien, pero el guionista empieza peligrosamente a jugar de nuevo con conceptos demasiado abstractos y si a eso añadimos los viajes en el tiempo, pues la cosa se va complicando número a número.
Criminales sensatos
Dicho y hecho, parece que una vez que la colección ha sido salvada ya podemos empezar a apostar de nuevo por ideas más arriesgadas. King Mob decide hacer de nuevo uno de esos viajes temporales con el pensamiento para volver a 1924 y tomar contacto con un equipo de Invisibles que encontraron la Mano de la Gloria y la usaron, intentando averiguar qué es y para qué sirve.
Diversas localizaciones como Nueva York, París o la India y un testigo de excepción del poder de la Mano, un objeto místico capaz de doblar el tiempo y el espacio. Tenemos de nuevo una serie de imágenes oníricas donde Jimenez va realizando un buen trabajo de composoción de página, aunque tras este viaje -que dura otros tres números americanos- la vuelta de King Mob a San Francisco le enfrenta con otra sorpresa: ha habido una traición en el equipo y la Mano ha sido robada.
Campo de concentración americano
Mucho mejor esta última saga en la que el grupo tendrá que correr tras los pasos de uno de sus propios miembros: Boy ha robado la Mano y se encamina a entregársela a sus enemigos. ¿Ha cambiado de bando después de tanto tiempo? ¿O en realidad viene de mucho antes y resulta ser un agente doble? Una historia que entronca directamente con un número autoconclusivo perteneciente al primer volumen donde se nos narraba el origen de la policía de Harlem y que de nuevo pondrá al grupo en una situación desesperada. Es el arco de este volumen donde Morrison combina de mejor manera una historia de acción trepidante que se entienda con sus peregrinos conceptos e ideas.
Valoración personal
Quitando la aventura intermedia con toda esa ida de olla que envuelve a la Mano de la Gloria y a tanto viaje en el tiempo -resulta curioso como ningún autor se resiste a hacer que sus personajes se vayan encontrando con versiones futuras o pasadas de ellos mismos o de sus compañeros en algún momento que otro- el resto está bastante entretenido y sigue en la línea del tomo anterior, narrando historias contenidas, con una cierta trama de fondo que las una pero apostando por la acción y la tensión, haciendo uso de las extravagantes ideas de Morrison en menor medida y de forma que no sea indispensable saberse toda la genealología de los dioses paganos para entender algo. Me ha encantado el uso de las palabras y del verdadero alfabeto, un poco de metaliteratura para poner a prueba a los protagonistas. Como he dicho anteriormente, la unidad gráfica de la serie era algo necesario e indispensable para una mejor comprensión de todo lo vertido por el guionista, que de momento se guarda varias cartas en la manga y no nos deja entrever por donde van a ir los tiros a partir de ahora.
Todavía quedan dos tomos más para la conclusión de esta gran serie, difíciles donde las haya, la más personal de su guionista.







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