Howard es uno de esos autores malditos que malvivían de
vender sus innumerables historias a las revistas de fantasía de los años 20 y
30 en Estados Unidos, algunas de las cuales se convirtieron en míticas
cabeceras de las publicaciones pulp,
como Weird Tales. Pese a que su vida
acabó prematuramente apenas transcurridos 30 años, a Howard le dio tiempo a
cultivar una gran cantidad de diversos géneros y conseguir lo que muy pocos
autores han logrado en décadas de escritura: dar a luz a uno de esos personajes
que trascienden el medio en el que nacen y sobreviven incluso a su propio
creador: Conan, el bárbaro.
Pero al contrario que su coetáneo H. P. Lovecraft, con el que llegó a entablar correspondencia,
Howard no podía permitirse el lujo de especializarse en un género como la
fantasía heroica –de hecho, no fue hasta muchos años después de su muerte
cuando se republicaron las aventuras de Conan que su nombre empezó a ser
conocido- y debió verter su arte en historias de piratas, del oeste, de
espadachines, de terror gótico, con un toque histórico, de misterio e incluso
más especializadas, como relatos de boxeo.
Me resulta difícil encontrar un mejor ejemplo de esta
mixtura de géneros que su otro personaje más conocido: Solomon Kane, cuyas aventuras se contaron en ocho relatos
publicados en la revista más arriba mencionada. Gracias una vez más a la labor
de la editorial Valdemar y a la especial colaboración de Leon Arsenal
–traductor y prologuista del volumen recopilatorio- podemos disfrutar en
español de los relatos originales de Howard, lejos de los cambios, invenciones,
censuras y mutilaciones posteriores que sufrieron sus escritos, en un intento
de hacerlos más asequibles al gran público –no era infrecuente que se
reciclaran diferentes historias para que su protagonista fuera Conan el
cimmerio-.
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Ocho son los relatos protagonizados por el puritano Solomon
Kane, solitario justiciero, veterano de mil batallas y con un currículo en
verdad ejemplar si hablamos de aventureros: ha combatido piratas, ha estado en
guerras de religión, ha luchado contra esclavistas árabes, ladrones y asesinos
y se ha enfrentado a toda criatura sobrenatural con la que se ha tomado. Nacido
en la Inglaterra de Isabel I, es fiero en la lucha, de alma indomable y siempre
recorre el mundo bien provisto de espada y daga, así como de sendas pistolas al
cinto. Si hay algo que es fácil imaginarse cuando uno se acerca a estos relatos
es que todavía quedaba mucho por contar de Solomon Kane y que es toda una
tragedia que su padre literario no pudiera desarrollarlo un poquito más.
Los títulos recopilados son: Cráneos en las estrellas; La mano derecha de la maldición; Sombras
rojas; Resonar de huesos; Luna de calaveras; Las colinas de los muertos; Alas
en la noche y Los pasos en el interior.
Con diferente extensión, intensidad dramática e incluso de género, Solomon Kane se
enfrentará a demonios, a la magia de poderosos hechiceros y realizará una serie
de viajes a África que en la pluma de Howard es un continente olvidado y maldito,
donde antes reinaba la magia negra y todavía es fácil encontrar restos de su
aterrador pasado. Ciudades de piedra olvidadas y malditas, salvajes negros
caníbales y una serie de criaturas fantásticas, aparte de los comunes animales
salvajes que pueblan el continente, más ficticio que otra cosa desde el punto
de vista del autor. Kane se enfrentará a cultos paganos, magia juju, antiguas
criaturas venidas de leyendas como las arpías y a su propia versión de
criaturas vampíricas.
Ante tamaña mezcla de diferentes elementos, no se puede más
que descubrirse ante la pericia de Howard para hacer interesantes las hazañas
del puritano vengador. Con un estilo de escritura algo sobrecargado, son
cuentos de aventura constante, donde los enfrentamientos y los duelos a espada
o mosquete son frecuentes y donde los pasajes de puro terror también abundan.
Es, ante todo, un tipo de literatura tremendamente entretenida, efectiva y
efectista, que ofrece un escape
fantástico al lector de la mano de un protagonista ciertamente carismático, si
bien nunca ha llegado a alcanzar la fama de su hermanastro de las tierras del
Norte, en la era Hyborea. El estilo grandilocuente de Howard viene como anillo
al dedo a este tipo de personajes.
Se complementa el tomo editado por Valdemar con una pequeña
joyita: un relato corto que narra el asedio de Viena por parte del sultán
Solimán el Magnífico y la heroica resistencia de los habitantes de la ciudad.
El punto curioso viene porque una de sus protagonistas es una espectacular
mujer de roja cabellera llamada Sonia la Roja, que sería reconvertida por los
guionistas de la Marvel como la virginal compañera de Conan, experta
espadachín. El relato se llama La sombra
del buitre y no contiene ningún elemento fantástico.



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