Apuesta Panini en su Coleccionable quincenal por recuperar
algún que otro personaje de los menos populares de la editorial Marvel,
intentando seleccionar un material que se ajuste a los cánones del público
actual. Punisher podría ser perfectamente ese personaje –no en vano, es uno de
los que más adaptaciones cinematográficas ha tenido, hasta tres, la última de
ellas Zona de guerra-: un veterano
de Vietnam –este origen se ha ido actualizando con el tiempo para facilitar la
incorporación de nuevos lectores- que presencia en primera persona el asesinato
por accidente de su familia en una reyerta de bandas mafiosas.
Convertido desde entonces en un justiciero, es uno de esos
personajes a los que me cuesta creerme en la editorial, ya que sus métodos
drásticos y mortales no casan con esa idea un tanto inocente de los superhéroes
Marvel, sobre todo si acaba compartiendo aventuras con ellos –para mí siempre
será un secundario de Spider-Man-.
A finales del año 1988 Punisher gozaba de un momento dulce
editorialmente hablando, de modo que su segunda serie regular fue lanzada al
mercado, siendo sus ocho primeros números los que recopila este desigual tomo.
Y digo desigual porque pese a contar con el reclamo de los lápices de Jim Lee,
sobre bocetos del guionista Carl Potts, también editor del personaje, estos
todavía no estaban lo suficientemente maduros como para impresionar, si bien sí
para llamar la atención del gran público sobre un artista que estaba destinado
a convertirse en una de esas figuras históricas que revolucionan el medio donde
trabaja. Pero de momento los dibujos de Lee contienen detalle y algunas
secuencias de acción bien logradas, si bien es cierto que sus figuras son
enormes y tienden un poco a la pose sin mucho sentido –hoy en día podríamos
decir sin miedo a equivocarnos que el dibujo de Lee no es más que una
exageración del que realizaba hace más de 20 años-.
Por otro lado las historias de Potts son entretenidas pero
poco más. Se nota que conoce al personaje porque en sus primeras aventuras se
centra en el origen del mismo y en su pasado en Vietnam, de manera que Frank
Castle se enfrentará cara a cara contra uno de los responsables directos del
asesinato de su mujer e hija, así como a varios compañeros ex veteranos como él
mismo.
Los dos siguientes números –el #6 y el 7 USA- son una de
esas delirantes aventuras de la época que por una casualidad demasiado grande como
para creérsela –pero igualmente deliciosa-, acababan reuniendo a dos famosos
superhéroes, en este caso dos antihéroes como Punisher y Lobezno, en lo
profundo de África para más inri.
Acaba el tomo con un número prácticamente autoconclusivo
donde el Castigador se enfrentará a unos pandilleros, dejando algunas subtramas
para futuros números.
Un tomo entretenido pero poco más, que se olvida al poco
rato y que no deja de ser más que una muestra de lo que luego sería el trabajo
de Lee en el futuro –y que nada tiene que ver con la versión reciente y
realista de Punisher ideada por Ennis, como por ejemplo su The End-.



Buen análisis amigo, yo soy un fán del castigador y tengo todos los numeros que acabaste de analizar, no son lo que yo esperaba, pero eso no significa que sean malos. Muy buen análisis amigo, saludos.
ResponderEliminarUna pena que el Coleccionable terminara, porque podríamos haber seguido la evolución del lápiz de Lee de una forma más cercana.
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