Probablemente el mejor estreno televisivo de este año se lo
lleve Showtime y su apuesta por este
intenso thriller donde las enrevesadas tramas repletas de sospechas se integran
a la perfección con un desarrollo de personajes sorprendente y muy creíble, que
trasladan al espectador toda la emoción necesaria para engancharle durante doce
episodios y que tras éstos aguarde impaciente el estreno de la segunda
temporada, cuya segura renovación vino tras los innumerables elogios por parte
de la crítica y del público.
La historia de Homeland
a priori no es nada sencilla y ya hablé de ella tras el visionado de los
primeros episodios, justo aquí. La
serie se ha movido por la senda de calidad que se esperaba, pero ha sabido
sortear los miedos iniciales que yo mismo tenía en un principio sobre si el
hecho de alargar las tramas iba a beneficiarle o no. Y la verdad es que el
final de temporada ha sido muy apropiado, dejando a ambos personajes centrales
en una situación opuesta y bien diferente, el uno en el camino del éxito y con
una nueva misión en su vida y la otra haciendo frente al fin y de manera algo
desesperada a una enfermedad que le ha ido atenazando la mayor parte de su vida
adulta y que le ha costado la mayoría de sus amigos y su trabajo.
Y es que el sacrificio que realiza Carrie, nuestra analista
de la CIA favorita desde este momento, es muy grande y Claire Dannes lo plasma
muy bien en pantalla. Destacaría mucho más si no fuera porque Damian Lewis le
da la réplica de la mejor manera posible, lleno de dudas y de contradicciones
internas, principalmente aquellas que sitúan en un lado su misión y en el otro
a su familia.
Todo un acierto el progresivo acercamiento de la trama
principal al nudo inicial de la serie, que no es otro que la gran conspiración
que tiene lugar en el seno de Estados Unidos. Prueba de ello es el papel de
Morena Baccarin, sufridora esposa que va perdiendo minutos frente al personaje
interpretado por Mandy Patinkin, Saul Berenson, experto de la CIA desbordado
por los acontecimientos, que le afectarán en el terreno personal de una manera
directa.
Sin duda otro gran acierto ha consistido en dejar claros
tras un número razonable de episodios la duda planteada al principio: ¿es el
sargento Brody un traidor a su patria, terrorista convertido por sus captores,
esperando su momento para lanzar su mortal ataque? Y directamente relacionado
con ello, ¿tiene razón Carrie en sus sospechas o simplemente está siendo
paranoica, un síntoma más de su disimulada bipolaridad? Pues aquellos que
lleguen al final de la serie tendrán respuestas claras a estas preguntas,
aunque los mismos personajes no acaben de descubrir toda la madeja del hilo.
Para aquellos que disfruten de juegos de espías, de un
desarrollo y evolución de unos personajes muy humanos y creíbles y para los que
gusten de los secretos –todo el mundo en esta serie oculta algo en un momento u
en otro, absolutamente todo el mundo- encontrarán en Homeland su serie favorita del otoño.



Vaya, pues no tenía ni idea y suena bien interesante, me la apunto. Muchas gracias, espero que todo vaya muy bien, feliz navidad a ti y al blog ;) y ya te comentaré que me parece.
ResponderEliminarUn saludo :)
Muchas gracias y feliz navidad para ti también.
ResponderEliminarEspero ansioso tus comentarios.
¡Un saludo!