lunes, 19 de diciembre de 2011

Misión: Imposible – Protocolo Fantasma, de Brad Bird


Parece que el director de éxitos indiscutibles como El gigante de hierro, Los increíbles o Ratatouille tenía problemas para encontrar la financiación necesaria para su siguiente proyecto. En esas que como paso previo a una película más personal, decidió embarcarse en esta franquicia de acción exagerada que a priori podía darle el crédito necesario, ya que el éxito de taquilla estaba prácticamente asegurado. Algo que a veces puede reñirse con la calidad de la película, pero parece ser que tanto el actor principal y productor Tom Cruise como J. J. Abrams –director de la anterior y productor de ésta- lo tenían claro: Brad Bird es un estupendo director de acción y aquí no solo lo demuestra sino que entrega la mejor de toda la saga.

Protocolo Fantasma sigue el esquema que permitió a Abrams rescatar la franquicia del olvido en el 2006, curiosamente en su debut en el cine –después ha dirigido Star Trek y Super 8 y sigue muy ligado a la televisión con series como Fringe o Person of Interest, tras éxitos como Perdidos y algún que otro resbalón como Undercovers-. Un intenso thriller de acción que se va desarrollando en diferentes escenarios exóticos –Budapest, Rusia, Dubai, la India- con un equipo calcado de la anterior y mezclando muy bien el sentido del humor familiar con la emoción y la intriga de las arriesgadas misiones que deben llevar a cabo. En este caso se añade un punto diferenciador que recuerda a la primera entrega dirigida por Brian de Palma: el equipo ha quedado al descubierto y debe enfrentarse a sus retos solo y sin la ayuda de la agencia para la que trabajan, el FMI. Por otro lado, resulta irónico que el guión tenga también determinados elementos que lo hacen muy clásico, con ese enfrentamiento entre dos superpotencias como la americana y la rusa y la amenaza nuclear de nuevo sobre la palestra.

Bird dirige desde una secuencia de acción a otra y en medio se las ingenia para que vayamos enterándonos del bagaje de cada uno de los personajes en los pocos diálogos que poseen. De esa forma hay cantidad de guiños a la saga con mucha autoparodia del propio Cruise, cuyo personaje ya lo tiene calado y al que no le cuesta nada interpretar de forma convincente. Del resto del reparto era de esperar que fuera Jeremy Renner (Thor, The Town, En tierra hostil) el que más juego diera debido a su popularidad y no decepciona. El cómico británico Simon Pegg (Tintín, Paul) se queda con la mayoría de momentos graciosos, como bien hiciera en la anterior entrega; y la actriz Paula Patton de la réplica de belleza necesaria en toda superproducción que se precie, en clara competencia con la actriz francesa Léa Seydoux (Midnight in Paris, Robin Hood, Malditos bastardos).

El inevitable villano sería de lo más flojo de la historia, muy en el estilo de James Bond e interpretado por el actor sueco Michael Nyqvist, al que conozco de la miniserie basada en la trilogía Millennium. Resulta gracioso ver a actores como Josh Holloway en pequeños papeles y a Michelle Monaghan, Ving Rhames (Piraña 3D, Los sustitutos) o Tom Wilkinson (El escritor) sin ni siquiera acreditar.

Destacar también la música de Michael Giacchino que aprovecha la inconfundible melodía con sus propias creaciones y que acompaña en todo momento las espectaculares secuencias que filma Bird, con un pulso firme que nos deja apreciarlo todo en su máximo esplendor. Protocolo Fantasma queda como la mejor hasta ahora de la franquicia, que si Cruise no está dispuesto a continuar puede incluso quedar a salvo en las manos más jóvenes de Renner, siempre y cuando Abrams permanezca cerca para darle ese toque de calidad que la diferencia del resto de propuestas de acción sin sentido, repetitivas y aburridas que van apareciendo de vez en cuando.


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