Un nuevo remake que llega a la cartelera y de nuevo una
película de los años 70 que se versiona, ésta vez un clásico del cine de terror
que en sus orígenes fue un telefilme de la cadena ABC, pese a que en España se estrenó como película. Se trata de una
producción de Guillermo del Toro, que aparte se reserva la escritura del guión.
Como hecho curioso, el director es también dibujante de cómics.
La historia, una vez más, comienza de una manera muy tópica
para los aficionados al cine de género: una pareja joven que acaba de mudarse a
una antigua mansión con la idea de restaurarla y venderla, acompañados por la
hija de él, algo distante por la separación de su madre. Al poco tiempo
comenzará a oír una serie de voces misteriosas que la empujarán hacia un sótano
escondido donde se encontrará con una serie de criaturas que pretenden ser sus
amigas.
Nos encontramos por lo tanto ante una entretenida película
de terror, pero que no da mucho miedo ni sorprende lo más mínimo. Por lo
general, tanto si se trata de una película de monstruo como si no, prefiero que
lo que se supone da miedo no aparezca de forma tan evidente en pantalla y las
criaturitas que anhelan la compañía de la niña pronto se hacen demasiado
evidentes. Tampoco destacan demasiado el matrimonio formado por Guy Pearce (El discurso del rey, Animal Kingdom, La carretera, The Hurt Locker, LA Confidential) y Katie Holmes, una de esas
actrices que saltó de la televisión al cine y que nunca lo hace tan mal como la
acusan. De hecho nunca acabé de entender el feo que le hicieron tras su
participación en Batman Begins.
Lo más interesante probablemente se encuentre en el guión de
Del Toro y en su particular mundo de las hadas, donde a veces son buenas y
otras no tanto, recordando a veces la fábula del ratoncito Pérez –como sea que
se llame en Estados Unidos-.


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