Alcatraz. Primeros capítulos

J. J. Abrams vuelve a colaborar con la FOX en su segunda serie de la temporada, de nuevo partiendo de un inicio original y de ahí desarrollando las tramas poco a poco sin renunciar al método procedimental que tanto le gusta a la cadena y que tan bien parece funcionar hoy en día, vistos los estrenos más recientes.

Abrams se está convirtiendo él mismo en una franquicia y todos sus productos se parecen en gran medida. Esto tiene sus pros y sus contras, de modo que no hay nada nuevo que destacar y si te gusta hasta ahora no saldrás decepcionado. De hecho lo más interesante está siendo la comparación entre esta nueva propuesta y trabajos anteriores del productor y director (Star Trek, Super 8).

En 1963 la prisión de Alcatraz, sita en la bahía de San Francisco, cerró sus puertas para siempre, dejando el interior de sus muros para la visita de los turistas. Eso es al menos lo que dice la historia oficial: lo que en realidad ocurrió es que todos los internos y los oficiales que allí trabajan desaparecieron misteriosamente sin dejar rastro. Justo ahora, en pleno siglo XXI, algunos de ellos están volviendo a la luz pública, con misteriosas intenciones y sin haber envejecido un solo año. Hasta aquí la premisa original. Y tras esto, las características comienzan a parecerse mucho, mucho.

La protagonista es de nuevo una mujer policía, rubia para más inri pero sin el encanto de Anna Torv (Fringe) y mucho más neumática que las mujeres con la que suele trabajar Abrams. La actriz Sarah Jones lleva unos años pululando por la televisión norteamericana y puede encontrarse ahora ante su mujer papel, al menos en importancia y repercusión, si la cosa sale bien. El variopinto equipo que se ocupará de intentar resolver los misterios que traen consigo los desaparecidos cuenta con la inestimable ayuda de un experto en la prisión que, para más inri, regenta una tienda de cómics. Jorge García vuelve a la pequeña pantalla tras su importante papel en Perdidos. Queda entonces un actor veterano para completar el grupo, de la vieja escuela y cuya voz y entonación valgan por sí solas y Sam Neill es elegido (En la boca del miedo, Daybreakers), con uno de esos personajes ambiguos con agenda oculta que no se sabe muy bien si son buenos o malos.

Parece ser que el procedimental o caso semanal va a ser muy importante, con un capítulo dedicado a cada preso y contándonos dos historias a la vez: la que tiene lugar en el presente y el obligado flashback al pasado cuando éste sobrevivía en Alcatraz. Misterio, acción y una producción muy correcta pero nada sorprendente. El estilo de realización, la dirección e incluso la música recuerdan a otras series como Person of Interest o Undercovers.

¿Triunfara Alcatraz? La verdad es que todavía es pronto para saberlo. La serie no defrauda porque se nota tanto el estilo de su creador que ya nos lo esperábamos. Parece muy difícil que una nueva Fringe salga de la chistera y en la FOX todavía más. Pero si se busca un mínimo entretenimiento bien realizado –por cierto, para ver el trailer, aquí-, puede servir para pasar el rato y no me extrañaría nada que acabara renovando sin problemas.