Lo tiene muy difícil esta serie para volver el año que
viene, sobre todo cuando la cadena ya ha anunciado varias de las renovaciones
de su actual parrilla y Almost Human
ha quedado en el olvido, sin duda esperando el golpe de gracia. Y es una pena,
porque pese a los grandes problemas de la historia, tiene todavía mucho
potencial por desarrollar, gracias sobre todo a su ambiente muy cuidado de
ciencia-ficción futurista, donde la tecnología juega un papel fundamental,
condicionando la vida de todos los habitantes de esas ciudades cercadas por
elevados muros que no se sabe muy bien qué mantienen en el exterior.
Aunque en sus primeros capítulos todo parecía apuntar en una
dirección, como ya comenté aquí mismo,
pronto la FOX reveló que no había
emitido los episodios en su orden correspondiente, sino que había saltado
varias semanas en el desarrollo de la serie para que la química mejor
construida entre los nuevos compañeros policías se convirtiera en un atractivo
más de cara al espectador. El caso es que luego hubo que emitir los primeros capítulos,
con algún que otro hilo suelto argumental, irse de parón varias semanas y
retornar para despedirse sin pena ni gloria. Un caos de organización que en el
fondo no ha afectado demasiado a las tramas porque sencillamente estas brillan
por su ausencia. Contando con los dedos de la mano los cabos sueltos que
podrían continuar el año que viene, Almost
Human ha apostado firmemente por el procedimental más absoluto, con un caso
nuevo cada semana que la policía debe investigar y resolver.
En la caracterización y desarrollo de estas investigaciones
policiales está lo mejor de la serie. No en cómo lo hacen, ya que como todo
capítulo de cuarentaicinco minutos se ve obligado a dar grandes saltos, de modo
que la suspensión de la incredulidad es enorme en todo momento, sino en todo lo
que toca alrededor de la sociedad y del modo de vida futurista que se nos
presenta. La pena es que no está nada desarrollado y quizás ahí habría tenido
un elemento diferenciador, estudiando con un poco más de profundidad las
relaciones humanas con robots que apenas se distinguen de sus semejantes, la
constante vigilancia de la policía, la paranoia creciente por la seguridad y la
vigilancia, la clonación, o esa clase alternativa de personas que son prácticamente
perfectas y a la que pertenece la guapa compañera de Kennex en la comisaría.
No creo que Almost
Human acabe renovando, porque tampoco debe de ser barata de producir. Sus
actores me caen bien y la mezcla de acción desenfadada, sentido del humor e investigación
criminal es muy entretenida. Pero hay que reconocer que se ha quedado muy en la
superficie, que no ha aportado nada nuevo aparte de un colorido envoltorio
repleto de luces de neón y pantallas publicitarias. Una pena, porque tenía
potencial.
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