miércoles, 30 de abril de 2014

Redemption, de Steven Knight



Producción británica recién estrenada, cuyo título original es Hummingbird y que para su estreno en Estados Unidos optó por el más comercial Redemption –el uso del primero queda explicado dentro de la propia historia-. Se trata de la ópera prima de su director, que también se encarga del guión, profesión que desempeñaba anteriormente, con títulos conocidos como Dirty Pretty Things o Promesas del Este.

Al igual que en las anteriores películas en las que ha trabajado, Knight nos narra una historia que tiene lugar en las calles de una Londres desconocida para la mayoría de turistas: la de los bajos fondos, la oscura, sucia y fría, donde pululan locos, vagabundos, prostitutas y todo tipo de buscavidas y aprovechados. Un territorio que se disputan las más poderosas mafias y donde se encuentra atrapado Joseph Smith, un desertor de Afganistán que volvió con un trauma de guerra y que malvive en las calles, alcoholizado, perdido y consumido por los remordimientos.


Huyendo de unos matones, tiene la suerte de encontrar un lujoso apartamento vacío, cuyo dueño se encuentra fuera de la ciudad para todo el verano. Joe decide usurpar no su identidad, pero sí varias de las comodidades de la vida del involuntario anfitrión: comida, ropa, dinero y techo. Es un primer paso en una rehabilitación temporal, que culminará cuando decida aprovechar sus habilidades en el combate cuerpo a cuerpo y con el manejo de armas para entrar a trabajar en una mafia china que tiene problemas para encontrar hombres capaces de hacer el trabajo necesario para mantener su territorio.


Aunque el protagonista es Jason Statham (Transporter 3; 13; La carrera de la muerte), no nos encontramos ante otro producto de acción descerebrada. El actor inglés cambia ligeramente de registro cuando trabaja en su país y si bien es cierto que tiene un par de secuencias donde mostrar sus habilidades en la lucha, así como repetir de nuevo ese papel de antihéroe que tantas veces ha interpretado ya; en la trama central se aprecia una mayor preocupación por el desarrollo de su personaje y los dilemas morales que se ve obligado a afrontar en su relación con una monja que trabaja en la calle ayudando a los más desfavorecidos. Ahora es un hombre rico debido a un trabajo sucio y parte de ese dinero lo destina a ayudar a sus antiguos compañeros, los más desamparados. Y por el otro lado, ¿puede una joven monja aceptar esos regalos sabiendo de dónde provienen?

Por desgracia no se profundiza mucho en este tema y se queda en un término medio entre la típica película de acción, donde Statham se siente tan cómodo y el drama más intenso, como fue en su momento Promesas del Este, donde también se tocaban estos temas. Sobre todo en la extraña relación que se establece entre el protagonista y la monja, así como en varias decisiones que se toman en el desenlace, que intentan darle un final trágico a la trama y que no acaba de tener mucho sentido. Queda al final un producto correcto y entretenido, pero ni sorprende ni quedará en el recuerdo del espectador.

2 comentarios:

  1. Se deja ver pero esta a mil kilometros de Promesas del este en el ambito cinematrografico tampoco llegando ser tan palomitera como las de Transporter...en fin sin pena ni gloria.

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    1. Por supuesto, no tiene nada que ver con las películas citadas, aparte del escenario o el protagonista, pero coincidencias como ésas las hay en cientos de películas. Es tan entretenida como ovlidable, como casi todo lo que hace el actor últimamente.

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