Producción
británica recién estrenada, cuyo título original es Hummingbird y que para su
estreno en Estados Unidos optó por el más comercial Redemption –el uso del
primero queda explicado dentro de la propia historia-. Se trata de la ópera
prima de su director, que también se encarga del guión, profesión que
desempeñaba anteriormente, con títulos conocidos como Dirty Pretty Things o Promesas
del Este.
Al igual que
en las anteriores películas en las que ha trabajado, Knight nos narra una
historia que tiene lugar en las calles de una Londres desconocida para la
mayoría de turistas: la de los bajos fondos, la oscura, sucia y fría, donde
pululan locos, vagabundos, prostitutas y todo tipo de buscavidas y
aprovechados. Un territorio que se disputan las más poderosas mafias y donde se
encuentra atrapado Joseph Smith, un desertor de Afganistán que volvió con un
trauma de guerra y que malvive en las calles, alcoholizado, perdido y consumido
por los remordimientos.
Huyendo de
unos matones, tiene la suerte de encontrar un lujoso apartamento vacío, cuyo
dueño se encuentra fuera de la ciudad para todo el verano. Joe decide usurpar
no su identidad, pero sí varias de las comodidades de la vida del involuntario
anfitrión: comida, ropa, dinero y techo. Es un primer paso en una
rehabilitación temporal, que culminará cuando decida aprovechar sus habilidades
en el combate cuerpo a cuerpo y con el manejo de armas para entrar a trabajar
en una mafia china que tiene problemas para encontrar hombres capaces de hacer
el trabajo necesario para mantener su territorio.
Aunque el
protagonista es Jason Statham (Transporter 3; 13; La carrera de la muerte), no
nos encontramos ante otro producto de acción descerebrada. El actor inglés
cambia ligeramente de registro cuando trabaja en su país y si bien es cierto
que tiene un par de secuencias donde mostrar sus habilidades en la lucha, así
como repetir de nuevo ese papel de antihéroe que tantas veces ha interpretado
ya; en la trama central se aprecia una mayor preocupación por el desarrollo de
su personaje y los dilemas morales que se ve obligado a afrontar en su relación
con una monja que trabaja en la calle ayudando a los más desfavorecidos. Ahora
es un hombre rico debido a un trabajo sucio y parte de ese dinero lo destina a
ayudar a sus antiguos compañeros, los más desamparados. Y por el otro lado,
¿puede una joven monja aceptar esos regalos sabiendo de dónde provienen?
Por desgracia
no se profundiza mucho en este tema y se queda en un término medio entre la
típica película de acción, donde Statham se siente tan cómodo y el drama más
intenso, como fue en su momento Promesas del Este, donde también se tocaban
estos temas. Sobre todo en la extraña relación que se establece entre el
protagonista y la monja, así como en varias decisiones que se toman en el
desenlace, que intentan darle un final trágico a la trama y que no acaba de
tener mucho sentido. Queda al final un producto correcto y entretenido, pero ni
sorprende ni quedará en el recuerdo del espectador.
Se deja ver pero esta a mil kilometros de Promesas del este en el ambito cinematrografico tampoco llegando ser tan palomitera como las de Transporter...en fin sin pena ni gloria.
ResponderEliminarPor supuesto, no tiene nada que ver con las películas citadas, aparte del escenario o el protagonista, pero coincidencias como ésas las hay en cientos de películas. Es tan entretenida como ovlidable, como casi todo lo que hace el actor últimamente.
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