jueves, 15 de mayo de 2014

Person of Interest. Tercera temporada



Esta serie de la CBS sigue demostrando que es uno de los mejores procedimentales que se pueden ver hoy en día en la televisión norteamericana. La carismática pareja formada por Jim Caviezel y Michael Emerson continúa con su cruzada personal por las calles de Nueva York, siempre tras la pista de un personaje anónimo, sin llegar a saber en un principio si es víctima o agresor, tan solo que se verá envuelto en un altercado violento donde alguien morirá.

Los guionistas de la serie no renuncian a sus comienzos, pero se las arreglan para hilar cada vez más fino, de forma que el caso semanal se ve cada vez más a menudo ligado a las tramas principales. Al equipo comandado por el señor Finch se ha unido la ex agente de la CIA Samantha Shaw. La antigua cheerleader de origen persa y español, la actriz Sarah Shahi, se convierte en fija del reparto tras ser rescatada por John en un capítulo de la temporada pasada. La detective Carter ha sido degradada a oficial de policía y se ha propuesto de manera cada vez más obsesiva llevar a la ruina a la organización clandestina dentro de la policía de Nueva York llamada Recursos Humanos y que libra su particular guerra por controlar los bajos fondos de la metrópoli. El hecho de que ella tenga más protagonismo deja un poco de lado al detective Fusco, que queda como recurso cómico la mayoría de las veces.


Siguen apareciendo muy de vez en cuando, pero de forma constante, los actores Enrico Colantoni como el mafioso Elias o la actriz Paige Turco como la sofisticada Zoe Morgan, con una incipiente relación amorosa con John Resse apenas insinuada. El fiel Bonus, el perro de Finch, continúa haciendo de las suyas y la hacker Ruth tiene un papel destacado en una de las subtramas más importantes del comienzo de la serie: la Máquina ha demostrado que está muy lejos del control humano, incluso del de su propio creador y los esfuerzos del gobierno por someterla han sido en vano. Sin embargo es capaz de ponerse en contacto con Ruth, sacarla del hospital mental donde se encontraba recluida y guiarla en la selección de varios personajes anónimos, cuyo último propósito todavía permanece oculto. Si a eso le añadimos una nueva organización secreta cuyo objetivo parece ser atacar todo aquello que haga un uso fraudulento de la información, sin importar las víctimas o las consecuencias, la serie creada por Jonathan Nolan y producida por J. J. Abrams no hace más que crecer.


A mediados de temporada tiene lugar un arco dramático importante para los personajes, con una muerte importante dentro del equipo. Eso da pie a una serie de historias de duelo donde la Máquina sigue demostrando un poder inmenso, concretamente en un capítulo muy bueno donde Reese tiene que salvar a un joven dentro de un avión de pasajeros. Tras unas semanas, el statu quo vuelve a ser restaurado y mientras el equipo liderado por Finch continua salvando vidas, las tramas se complican con varios jugadores nuevos que van ganando protagonismo poco a poco: la organización terrorista llamada Vigilance, empeñada en salvar a los ciudadanos norteamericanos de la constante vigilancia a la que están sometidos por el gobierno de los Estados Unidos; las propias agencias gubernamentales que se resisten a perder dicho control y Decima, otra misteriosa agencia de la que hemos tenido noticia desde el principio y cuyo propósito va revelándose poco a poco, en este caso poner a su servicio una nueva máquina llamada Samaritan.


Entre continuas escenas de acción y humor, van desarrollándose las tramas a un ritmo trepidante, dejando un final abierto y emocionante para su siguiente temporada. Pese a tratarse de una serie de aventuras donde lo que prima es la acción y el entretenimiento, los guionistas no pueden dejar de lado cierta crítica al sistema norteamericano y a la sociedad tecnológica actual, máxime cuando en los últimos tiempos el espionaje de la CIA dentro y fuera de su propio país a copado las portadas de los principales periódicos del mundo. Si fuera otro tipo de serie quizás pediría una mayor profundización en estos temas, desde el poder tan grande que tendría aquel que lograra controlar a la Máquina, pasando por la evolución de esta como inteligencia artificial con una agenda propia hasta el complejo de dios de muchos de sus personajes, cegados por las increíbles posibilidades que da el control total de la información. En el último capítulo tenemos una nueva subida de las apuestas por parte de los guionistas, con esa metáfora de los dioses griegos que gobiernan a la humanidad y mueven los hilos de su destino. Porque si hasta ahora hemos visto las sorprendentes capacidades de una máquina como ésta, ¿qué pasaría si fueran dos? ¿Y si se enfrentaran?

Person of Interest tiene muy claro su vocación de entretenimiento masivo y aunque no sea una de esas series que llenan blogs y comentarios en internet, no tiene problemas para renovar año tras año, gracias a millones de espectadores que la respaldan cada semana. En España su eco se ha visto muy disminuido a estas alturas, ya que aquí primamos mucho más la novedad, pese a los esfuerzos de LaSexta por hacerla atractiva de cara a su público. Una pena, porque es una serie interesante con todavía muchas posibilidades por explorar. 

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