Esta
serie de la CBS sigue demostrando que
es uno de los mejores procedimentales que se pueden ver hoy en día en la
televisión norteamericana. La carismática pareja formada por Jim Caviezel y
Michael Emerson continúa con su cruzada personal por las calles de Nueva York,
siempre tras la pista de un personaje anónimo, sin llegar a saber en un
principio si es víctima o agresor, tan solo que se verá envuelto en un
altercado violento donde alguien morirá.
Los
guionistas de la serie no renuncian a sus comienzos, pero se las arreglan para
hilar cada vez más fino, de forma que el caso semanal se ve cada vez más a
menudo ligado a las tramas principales. Al equipo comandado por el señor Finch
se ha unido la ex agente de la CIA Samantha Shaw. La antigua cheerleader de origen persa y español,
la actriz Sarah Shahi, se convierte en fija del reparto tras ser rescatada por
John en un capítulo de la temporada pasada. La detective Carter ha sido
degradada a oficial de policía y se ha propuesto de manera cada vez más
obsesiva llevar a la ruina a la organización clandestina dentro de la policía
de Nueva York llamada Recursos Humanos
y que libra su particular guerra por controlar los bajos fondos de la
metrópoli. El hecho de que ella tenga más protagonismo deja un poco de lado al
detective Fusco, que queda como recurso cómico la mayoría de las veces.
Siguen
apareciendo muy de vez en cuando, pero de forma constante, los actores Enrico
Colantoni como el mafioso Elias o la actriz Paige Turco como la sofisticada Zoe
Morgan, con una incipiente relación amorosa con John Resse apenas insinuada. El
fiel Bonus, el perro de Finch, continúa haciendo de las suyas y la hacker Ruth
tiene un papel destacado en una de las subtramas más importantes del comienzo
de la serie: la Máquina ha demostrado
que está muy lejos del control humano, incluso del de su propio creador y los
esfuerzos del gobierno por someterla han sido en vano. Sin embargo es capaz de
ponerse en contacto con Ruth, sacarla del hospital mental donde se encontraba
recluida y guiarla en la selección de varios personajes anónimos, cuyo último
propósito todavía permanece oculto. Si a eso le añadimos una nueva organización
secreta cuyo objetivo parece ser atacar todo aquello que haga un uso
fraudulento de la información, sin importar las víctimas o las consecuencias,
la serie creada por Jonathan Nolan y producida por J. J. Abrams no hace más que
crecer.
A
mediados de temporada tiene lugar un arco dramático importante para los
personajes, con una muerte importante dentro del equipo. Eso da pie a una serie
de historias de duelo donde la Máquina
sigue demostrando un poder inmenso, concretamente en un capítulo muy bueno
donde Reese tiene que salvar a un joven dentro de un avión de pasajeros. Tras
unas semanas, el statu quo vuelve a ser restaurado y mientras el equipo
liderado por Finch continua salvando vidas, las tramas se complican con varios
jugadores nuevos que van ganando protagonismo poco a poco: la organización
terrorista llamada Vigilance,
empeñada en salvar a los ciudadanos norteamericanos de la constante vigilancia
a la que están sometidos por el gobierno de los Estados Unidos; las propias
agencias gubernamentales que se resisten a perder dicho control y Decima, otra misteriosa agencia de la
que hemos tenido noticia desde el principio y cuyo propósito va revelándose
poco a poco, en este caso poner a su servicio una nueva máquina llamada Samaritan.
Entre
continuas escenas de acción y humor, van desarrollándose las tramas a un ritmo
trepidante, dejando un final abierto y emocionante para su siguiente temporada.
Pese a tratarse de una serie de aventuras donde lo que prima es la acción y el
entretenimiento, los guionistas no pueden dejar de lado cierta crítica al
sistema norteamericano y a la sociedad tecnológica actual, máxime cuando en los
últimos tiempos el espionaje de la CIA dentro y fuera de su propio país a
copado las portadas de los principales periódicos del mundo. Si fuera otro tipo
de serie quizás pediría una mayor profundización en estos temas, desde el poder
tan grande que tendría aquel que lograra controlar a la Máquina, pasando por la evolución de esta como inteligencia
artificial con una agenda propia hasta el complejo de dios de muchos de sus
personajes, cegados por las increíbles posibilidades que da el control total de
la información. En el último capítulo tenemos una nueva subida de las apuestas
por parte de los guionistas, con esa metáfora de los dioses griegos que
gobiernan a la humanidad y mueven los hilos de su destino. Porque si hasta
ahora hemos visto las sorprendentes capacidades de una máquina como ésta, ¿qué
pasaría si fueran dos? ¿Y si se enfrentaran?
Person of Interest tiene muy claro su vocación de
entretenimiento masivo y aunque no sea una de esas series que llenan blogs y
comentarios en internet, no tiene problemas para renovar año tras año, gracias
a millones de espectadores que la respaldan cada semana. En España su eco se ha
visto muy disminuido a estas alturas, ya que aquí primamos mucho más la
novedad, pese a los esfuerzos de LaSexta
por hacerla atractiva de cara a su público. Una pena, porque es una serie
interesante con todavía muchas posibilidades por explorar.
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