miércoles, 4 de junio de 2014

Europesadilla. Alguien se ha comido a la clase media, de Aleix Saló



Resulta algo difícil catalogar el trabajo de Saló: ¿es un ensayo, una novela, un libro con ilustraciones o un cómic? ¿O una hábil mezcla de todos estos conceptos? Porque también es un cortometrajista de éxito  y un dibujante que ha aportado ilustraciones a periódicos y revistas como El Jueves. Sus primeras obras como autor completo las publicó en la editorial Glenat: Fills dels 80: La generació bombolla (2009) y Españistán: este país se va a la mierda (2011). Ninguna tuvo especial repercusión hasta que Saló decidió complementarlas con un corto en internet que, ésta vez sí, lo puso en el mapa editorial español con el suficiente éxito como para que Mondadori se fijara en él, editándole en su colección Debolsillo sus dos siguientes obras, que se han convertido en buenos éxitos: Simiocracia (2012) y este Europesadilla que ahora nos ocupa y que se publicó en abril de 2013.

El estilo de Saló es satírico pero didáctico a la vez y se aprecia el intento del autor por bucear en las causas de la situación actual de crisis en la que nos encontramos, a la vez que profundiza en lo que ha sido, es y podrá llegar a ser Europa. Su estilo es bastante peculiar, ya que no utiliza fondos, sino la página en blanco, sin color –por eso el formato reducido de la edición resulta adecuado y su tapa blanda garantiza un precio muy competitivo- que rellena con textos de apoyo y sus dibujos, muy sencillos y muy claros. Saló es un buen caricaturista: es fácil reconocer los personajes si estos son reales, sus expresiones se entienden a la perfección y tienen un estilo propio que en sí mismo los hace entrañables y graciosos, ya que dibuja a las personas como una especie de Minions sacados de las películas de Gru, mi villano favorito.


El texto actúa como voz en off, llevando al lector a través de la historia del continente, de los Bancos Centrales, de los hitos históricos recientes, de las políticas a favor de la globalización, las economías de escala, etc. Y todo eso con mucho sentido del humor. Se puede estar más o menos de acuerdo con las tesis de Saló, pero es innegable que lo explica bien, de forma amena, sencilla y muy divertida. Además es fácil encontrar alguna ilustración que otra de lo más interesantes, como ese parto simulado en el que quince países europeos –sus siluetas, pero dotados de patitas, brazos y ojos expresivos- celebran mientras Europa –personificada- da a luz un enorme euro; o el Congreso norteamericano en plena votación y su miedo ancestral a políticas de izquierdas, ambas escenas desternillantes.

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