El personaje de Conan el bárbaro es probablemente el
mejor exponente del género de espada y brujería, cuyo principal artífice es el
propio Howard. Siempre me ha producido cierto desasosiego cómo un hombre que
apenas abandonó la hacienda familiar en Texas pudo crear tales mundos de fantasía,
en especial la Era Hiboria, una
especie de pasado remoto de nuestra sociedad. Howard se suicidó con apenas
treinta años debido a una enfermedad grave de su madre, a la que se sentía muy
unido. Sorprende de nuevo la cantidad de relatos pulp que consiguió escribir en
tan corta carrera, que por otro lado comenzó muy joven con apenas dieciocho
años. Asiduo de revistas de la época como Weird
Tales, intentó en varias ocasiones crear personajes que le permitieran
narrar grandes sagas, como Kull de
Atlantis, un bárbaro perteneciente al universo de Conan pero anterior en el
tiempo a éste o el puritano Solomon Kane,
cuyas aventuras reseñé hace ya algún tiempo.
Otra característica por la que
merece la pena destacar a la mayor creación de Howard es su importancia en el
imaginario popular. Conan vio la luz por primera vez a finales de 1932 y sufrió
un resurgimiento en los años setenta gracias a los cómics de la Marvel, donde trabajaron varios de los
mejores profesionales de la industria, que no solo se dedicaron a adaptar
relatos de Howard, sino a continuar su legado y expandir su universo, fijándose
en otros escritores que habían aportado sus ideas con anterioridad y llevando
al cimmerio donde nunca había estado antes –la Era Hiboria de Conan se convirtió en ese momento en un pasado del
propio universo Marvel donde
habitaban los superhéroes más conocidos, de modo que más de un cruce
inverosímil entre estos personajes tuvo lugar en las páginas de los tebeos-.
Como si esto fuera poco, en los ochenta el actor Arnold Schwarzenegger
interpretó al héroe bárbaro en tres ocasiones –una de ellas extraoficial- y en
2011 se estrenó una nueva versión. Los últimos rumores indican que el actor de
origen austriaco podría volver a interpretar a Conan ya en una de sus etapas
más famosas: la de rey de Aquilonia.
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El Conan de la gran pantalla |
Como todo personaje de culto,
Conan ha sido objeto de estudio en no pocas ocasiones. Howard escribió una
buena cantidad de relatos, pero no todos fueron publicados. En aquella época
era normal la reescritura de los mismos, muchas veces por parte de los
editores, que buscaban historias protagonizadas por sus personajes más
populares aunque estos ni siquiera aparecieran en ellas en un principio.
Algunos historiadores de Howard se han lanzado a elaborar diferentes
cronologías y corresponderá al lector elegir cuál es su preferida. Teniendo en
cuenta que el orden de escritura no coincide con el de publicación y que muchos
relatos son póstumos y otros han sido víctima de mutilaciones y reescrituras,
no es tarea fácil.
El libro que nos ocupa es un
primer volumen de dos editado por la británica Gollancz, en edición de bolsillo y en una colección especializada
en obras maestras de la fantasía. Tras una preciosa portada del ilustrador John
Howe, que a cualquiera que conozca el relato en el que se basa le parecerá del
todo imposible la composición, en apenas seiscientas páginas se reúnen 19
relatos de Howard, algunos de ellos incompletos, meros fragmentos, comienzos de
historias que nunca llegaron a ver la luz; el mapa de la era hiboria que el
propio autor dibujó y unas letras por parte del encargado de la recopilación,
Stephen Jones, que sitúa al lector en antecedentes a la hora de enfrentarse a
dichos relatos. El orden con que Jones nos presenta los relatos tiene que ver
con la edad del protagonista, de modo que sus aventuras van narrándose en el
tiempo hiborio, de forma cronológica. El Conan que conocemos es más joven en el
primer relato que en el último y aunque Howard no escribía teniendo esto en
cuenta, sí que es verdad que en ciertas ocasiones introdujo varios saltos
temporales de muchos años. En la primera historia publicada ya era rey, pero
tardaría muchos años en conseguir el trono de Aquilonia y el cómo lo hizo se
convertiría en una historia tan apasionante como aquella en la que se presentó al gran público.
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El Conan de los cómics, de John Buscema |
Los relatos de Conan son pura
adrenalina. Siguiendo las pautas marcadas por la literatura de bajo coste de la
época, las aventuras protagonizadas por Conan de Cimmeria están repletas de
paisajes imaginarios, criaturas misteriosas, voluptuosas mujeres, peligros
inimaginables y mucha acción. Como rasgo unificador, se podría citar el
continuo enfrentamiento entre lo que creemos son las sociedades civilizadas en
contraste con los llamados bárbaros del norte, a los que pertenece el
protagonista. Muchas veces se sorprende el Cimmerio de que a él lo acusen de
barbarie cuando se enfrenta a algunas de las costumbres de los llamados
civilizados. En ese aspecto destaca la manera en la que Howard describe a su
personaje fetiche, curiosamente casi siempre inicia los relatos con una
situación diferente o una tercera persona que a las pocas páginas acaba
topándose con un gigante musculoso de ojos azules y pelo negro que anda
semidesnudo y que apenas viste unas sandalias y una enorme espada. Sus
atributos físicos no son pocas veces descritos con características animales,
como la fuerza de un toro, la rapidez de una pantera o la destreza de un lobo. Es
inteligente y posee un código de honor propio que no le impide robar y matar
cuando lo considera necesario. Alquila su espada al mejor postor cuando así lo
requieren las circunstancias, pero es fiel a su palabra y no se siente cómodo
cuando maltratan a un indefenso en su presencia. No es ajeno a la venganza, ni
al odio, ni al deseo; pero es frío y calculador en la lucha, sobre todo con
espada y cuerpo a cuerpo, donde resulta un enemigo formidable, en parte gracias
a su insaciable voluntad de vivir o a su fiereza natural.
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Fecha de portada, septiembre de 1934 |
Cuando se comienzan a leer estos
relatos, es imposible no encontrar algunos elementos de repetición, dado la
forma en la que publicaba Howard y de lo que de él demandaban sus editores. No
es raro que las mujeres más bellas acaben en mesas de sacrificios o que las
ruinas abandonas y sometidas por el paso del tiempo alberguen en su interior
peligros enormes que quedan al descubierto por la insana curiosidad o codicia
del hombre. Incluso el propio Conan repite varios de sus métodos más
expeditivos para convertirse en líder de una banda, ya sean piratas o
mercenarios: retar al líder a un combate singular y una vez ha acabado con su
vida proclamarse nuevo jefe.
Volviendo al tomo que nos ocupa,
este abre con un estudio realizado por Howard donde explicaba la historia de la
Era Hiboria y que realizó cuando ya
había publicado varios relatos del Conan, en un intento de darle algo de
coherencia al paisaje por el que se movía el personaje. El primero de ellos
sería entonces La torre del elefante,
cuando Conan es un mero ladrón. El
índice es el siguiente:
Map of the Hyborian Age, by Dave Senior
Robert E. Howard and Conan: The Early Years, by
Stephen Jones
Una de las principales
características que tiene el personaje es que se trata de un nómada que viaja sin
descanso por los confines de la tierra conocida y es por ello que sus aventuras
tienen un carácter tan diferente las unas de las otras, ya que se desarrollan
en diferentes puntos geográficos. Pirata, ladrón, asesino a sueldo, mercenario
o asumiendo un cargo de confianza en ejércitos profesionales, Conan va dejando
pasar el tiempo hasta convertirse en rey, tal y como ha sido pronosticado en
una serie de extraños sueños que tuvo una vez. En esta edición, donde se
respeta a rajatabla la escritura de Howard, destacan relatos como el de La torre del elefante, con uno de esos
finales sorpresivos tan de la época; El
dios del cuenco, donde se mezcla el relato de misterio y detectivesco; La hija del gigante de hielo, una de los
relatos más atípicos protagonizados por Conan y donde una de las influencias de
Howard, la mitología nórdica, es más que evidente; Reina de la Costa Negra, con la presentación del primer gran amor
del personaje, la salvaje pirata Belit; Coloso
Negro o El diablo de hierro, con
Conan enfrentado a fuerzas más allá de su comprensión; Una bruja debe nacer, donde tiene lugar uno de los acontecimientos
más famosos de la historia del personaje y que fue trasladado a la gran
pantalla en la primera adaptación de Conan: la crucifixión. O varias de mis favoritas:
Sombras la luz de la luna, donde la
magia y lo salvaje se dan la mano en una isla desierta que se convierte en el
último refugio del protagonista y finalmente una de las más extensas y
desarrolladas por el escritor: El pueblo
del Círculo Negro, un auténtico tour de force de acción y aventura que
pondrá a prueba las habilidades del cimmerio como nunca antes.
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Rogues in the House, ilustración de Frank Frazetta |
Resulta curioso centrarse en las similitudes y diferencias de algunas historias. Tanto La torre del elefante como Villanos en la casa están ambientadas en los primeros años del protagonista fuera de su tierra natal. Ambas comparten la misma trama: Conan debe penetrar en un recinto cerrado repleto de trampas. En el primero es un ladrón y en el segundo un asesino a sueldo. En la torre deberá enfrentarse a una serie de animales guardianes a cada cual más mortal, mientras que en la casa de uno de los políticos más influyentes de la ciudad el peligro viene de una serie de trampas mecánicas y traicioneras. Los desenlaces son espectaculares, cada uno en su estilo: mientras que en el primero Howard apuesta por un horror cósmico del que su amigo Lovecraft hubiera estado orgulloso, en el segundo enfrenta a su protagonista en un cuerpo a cuerpo brutal con un animal salvaje.
Estupenda reseña, lastima que yo no sepa ingles. en castellano Timun Mas publico unos libros preciosos en un estuche sobre conan llamados algo asi como "Conan de cimmeria" que por lo que tu cuentas deben ser bastante parecidos. La parte mala de estos libros es que son muy caros...y la buena que estan en muchas bibliotecas publicas. En fin excelente reseña a la que yo solo añadiria la importancia que tuvieron ilustradores como Frank Frazzeta en la promocion del personaje.
ResponderEliminarSé que existe una edición en español, pero no tengo claro qué tipo de cronología sigue, si es la misma o no que yo he leído. Ten en cuenta que han sido varios los estudiosos que han sugerido una manera u otra de ordenar los relatos y no solo eso: durante mucho tiempo la edición del Conan de Howard estuvo bastante mutilada y bastante alejada de los escritos originales, que era para mí la primera condición a la hora de elegir una recopilación de este tipo.
EliminarAdemás de que en su versión en inglés sale muy económica de precio.
Segun el prologo de los libros que te comento el orden de los relatos es el orden de escritura que siguio Howard. Yo como no se Ingles es la que mejor considerada tengo dentro de lo publicado en castellano, tiene ademas unas ilustraciones que no estan nada mal e incluye mapas como el que tu citas dibujo Howard. Eso si es bastante cara y dudo que me la pueda comprar algun dia.
ResponderEliminarSí, era mi gran duda: optar por la cronología real, es decir, el orden en el que Howard escribió los relatos; o decantarse por la ficticia, o mejor dicho, la de Conan. En la primera percibes la evolución del escritor y en la segunda la del personaje.
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