Aunque sea el género de la
novela histórica el que más reconocimiento le ha ganado, Eslava Galán es un
prolífico escritor que ha cultivado la poesía, el ensayo, la divulgación e
incluso ha publicado un libro de recetas. 
Novelas como En busca del unicornio, con la que ganó
el Planeta en 1987, Guadalquivir (1990), El comedido hidalgo (1994) y las más
recientes El mercenario de Granada
(2006) o Rey Lobo (2010) se
encuentran entre mis favoritas. Si bien es cierto que últimamente lo sigo más
en su faceta de historiador, donde hay que destacar por fuerza esa crónica de
la historia reciente de España a partir de la guerra civil que comenzó con Una historia de la guerra civil que no va a
gustar a nadie (2005) y que continuó primero con Los años del miedo (2008) y al que siguieron unos pocos volúmenes
más. 
Eslava Galán siempre me había
gustado por su sentido del humor fino, irónico e inteligente, que en su faceta
histórica se complementa con un cierto escepticismo al que ha sacado mucho
partido, gracias a una serie de ensayos publicados a raíz del éxito de Historia de España  contada para escépticos (1995), a la que
siguió la Historia del mundo (2012) y
el volumen que nos ocupa, publicado en 2014 y al que le siguió su homónimo
sobre la II Guerra Mundial. 
Lo bueno que tiene este autor
es que consigue un hábil equilibrio entre los datos históricos con hechos
comprobables y la mirada crítica que le otorgan los estudios posteriores y el
transcurrir del tiempo, apostando por un ritmo rápido y una narración trufada
de miles de anécdotas que harán las delicias de los más curiosos y que sirven
además para darle un toque más entretenido y divertido. Es decir, igual vale
como libro de consulta para repasar determinados hechos históricos que como
retrato certero de una sociedad europea que de repente eligió volverse contra
sí misma sin importar las consecuencias. El contexto es importantísimo para
entender como en un momento en el que todo parecía brillante la Gran Guerra
arrasó con las esperanzas de millones de personas, destruyendo vidas y
proyectos de futuro y cambiando la faz del mundo de tal manera que todavía hoy
sufrimos sus consecuencias. 
El volumen se complementa con
los típicos Apéndices sobre la
cronología de los hechos, los principales personajes o la biografía consultada,
a los que también hay que añadir una buena colección de imágenes y fotos a todo
color para ilustrar muchos de los datos que el autor pone en conocimiento: los
uniformes, el armamento siempre en constante evolución o la propaganda en forma
de fotografías o ilustraciones. 
Eslava Galán no solo sigue a
los principales personajes históricos en esta contienda, sino que fija su
mirada en ciudadanos anónimos; sigue la pista de los escritores y artistas que
participaron en la guerra e incluso ilustra muchas de las acciones con
películas clásicas de Hollywood en una auténtica colección de muestras y
anécdotas en torno a la Gran Guerra, sin dejar de lado los hechos más graves y
terroríficos. 
Es un estilo muy personal que
yo disfruto mucho y ya son varios los ensayos del autor con este estilo, al que
de verdad apetece volver cada cierto tiempo.

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