sábado, 27 de abril de 2024

Una aventura de Conan el bárbaro. Cimmeria, por Timothy Truman, Tomás Giorello & Richard Corben

 

Portada de Tomás Giorello para el volumen recopilatorio de Cimmeria

Cuando la editorial Dark Horse se hizo con los derechos de publicación del personaje creado por Robert E. Howard lanzó un primer número especial en 2003, al que siguió una serie regular cuyo principal atractivo no era sino el nombre del guionista: Kurt Busiek, que había estado ligado hasta entonces al mundo de los superhéroes. 

El guionista de Siempre Vengadores hizo gala de su gusto por la documentación y presentó un proyecto en el que el material original escrito por Howard sería la base de su historia principal, pero no su única fuente de inspiración, ya que también tenía a su disposición abundante material epistolar que el creador de Solomon Kane había compartido con amigos y aficionados. De esa forma, la primera serie regular protagonizada por el Cimmerio en Dark Horse, titulada simplemente Conan, apostó por los relatos ambientados en los primeros años del personaje mucho tiempo antes de convertirse en rey de Aquilonia. Y por una serie de añadidos por parte del guionista que rellenaban los huecos dejados por Howard, dando de paso a la serie una mayor sensación de continuidad. Con la incorporación del dibujante Cary Nord y con la aplicación del color directa sobre sus lápices sin pasar primero por la tinta, la serie, que duró cincuenta números, gozó de buenas críticas y de la popularidad suficiente como para que Dark Horse la continuara con un nuevo número uno, lanzara otra en paralelo y la acompañara de todo tipo de proyectos especiales protagonizados por Conan el bárbaro. 

El Conan de Tomás Giorello

Timothy Truman es un artista multidisciplinar al que le encanta la música, escribir y dibujar. Sus obras pueden encontrarse en el mercado independiente, en DC Comics y en Dark Horse, donde se especializó a la hora de trabajar en franquicias. Fan declarado de los relatos originales de Howard, sustituyó al creador de Astro City en algunos episodios al final de la colección hasta que fue el encargado de clausurarla por todo lo alto con sendas adaptaciones de dos relatos de Howard: Villanos en la casa y La mano de Nergal, este último uno de esos escritos inconclusos de Howard al que aquí Truman acaba dándole un final acorde. 

En el primero de ellos trabajó con Cary Nord y con Tomás Giorello, que se encargaría de un fill-in para ayudar al dibujante titular con las fechas de entrega, al que acabaría sustituyendo en el siguiente arco argumental de la serie –el último antes del relanzamiento de la misma-. El dibujante argentino permanecería ligado al personaje durante casi una década, primero centrado en esa etapa con un Conan más joven y luego en su madurez como rey, siempre al lado de Truman, con el que ha demostrado gran afinidad. 

Connacht, abuelo de Conan, por Richard Corben

No era de extrañar que la pareja formada por Truman y Giorello fueran los encargados de relanzar la segunda colección del personaje, titulada Conan el Cimmerio y cuyo primer número apareció en el verano de 2008 –al igual que su predecesora, se trató de un número especial, en este caso de menor coste y que adaptaba un poema de Howard titulado Cimmeria-. 

Tanto la editorial como el guionista siguen apostando por una misma historia que continúe a la anterior –la colección duraría veinticinco números tras la cual fue relanzada una segunda vez con un equipo creativo diferente, esta vez liderado por un Roy Thomas que no adaptaría ningún relato de Howard, sino que aportaría ideas de su propia cosecha-. En sus primeros siete episodios Truman se llevaría al protagonista de vuelta a su tierra natal, viaje accidentado donde los haya y que dispara los recuerdos del bárbaro, sobre todo de las viejas historias que le contaba su abuelo que, al igual que él, abandonó Cimmeria para conocer mundo. La diferencia principal entre Conan y Connacht es que este último volvió para nunca más abandonar las frías y duras tierras que lo vieron nacer. 

Página en blanco y negro de Richard Corben para Cimmeria

La historia principal que se narra en este arco argumental se ve interrumpida en cada número para contar las aventuras de Connacht en el pasado y para diferenciarlas todavía más se contó con la ayuda de un dibujante mítico donde los haya: Richard Corben, al que hay que reconocer que el personaje le sentaba como anillo al dedo –la relación del artista con Howard tiene su gracia: en uno de los primeros números de la mítica cabecera La espada salvaje de Conan se publicaron una serie de seis ilustraciones que Corben había realizado para un fanzine con Conan como protagonista, personaje cuya influencia en el autor no es baladí ya que a lo largo de su carrera Corben ha adaptado algún que otro relato de Howard, de entre los que destaca por méritos propios Bloodstar, una de sus obras más reconocidas. Lo más curioso es que cuando se anunció su participación en el título no fueron pocos los aficionados que vieron el cielo abierto. Sin embargo el resultado final no fue el esperado, ya que el único Conan que llegó a dibujar Corben aparecía tan solo en unas pocas viñetas y apenas era un bebé recién nacido-. 

Giorello también está a un extraordinario nivel, cada vez más suelto en el tablero de dibujo ya que al sustituir a Nord al principio tuvo que plegarse un poco a las exigencias de la editorial para que no resultara demasiado brusco el cambio –Nord tiene en esta serie un marcado tono pictórico-. Las portadas originales de este arco argumental corrieron a cargo de Frank Cho (New Ultimates) y del color se encargó el español José Villarrubia con su maestría habitual, sobre todo si tenemos en cuenta que tuvo que lidiar con dos estilos totalmente opuestos y en donde el color tenía un papel fundamental –las páginas de Corben resultan más vivas y tienen hasta un color de sangría diferente al blanco-. 

Página de Tomás Giorello

Con esta serie de nombres colaborando en el tablero de dibujo la parte gráfica de la serie estaba más que asegurada y la relación entre Giorello y Villarrubia en Conan acabó otorgándoles más de un premio y distinción. 

Por parte del guionista, ambas tramas están bien conjuntadas. Cimmeria es una historia cargada de acción, intriga y aventura que además profundiza un poco más de lo habitual en los sentimientos del protagonista, que se reunirá con su madre –una última vez-, con un amor de juventud y con viejos amigos y aliados. Además no solo encaja a la perfección con la trayectoria del personaje en Dark Horse, sino que cubre un hueco apenas insinuado por Howard en una carta ya que en los relatos originales nunca se mencionó la vuelta del protagonista a su inhóspita tierra, lo que permitió a Truman jugar con otras referencias nórdicas y vikingas para dar forma al ambiente de las montañas cimmerias del noroeste. 

Estas historias de Conan han sido publicadas recientemente por Planeta en diferentes formatos. Tomos recopilatorios, integrales e incluso una edición especial que recoge las páginas de Corben y que encaja a la perfección con el resto de obras que la editorial tiene del genio de Misuri. Una prueba más de la gran aceptación de este material por parte del público aficionado tanto a los cómics como a la creación más célebre de Howard.

Portada de Conan el cimmerio a cargo de Frank Cho


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