jueves, 24 de abril de 2025

Los Thunderbolts de Warren Ellis & Mike Deodato Jr.: la ascensión de Norman Osborn

Portada de la colección Marvel Must-Have, de Panini

Warren Ellis fue uno de los primeros artistas que Joe Quesada, ya en calidad de Editor Jefe, atrajo a Marvel para que ayudaran a la renovación de sus principales personajes. En ese momento el guionista británico se encontraba en su mejor época tras unos años trabajando en DC, Vertigo y Wildstorm, donde había dado salida a series tan estupendas como Transmetropolitan, The Authority o Planetary. 

Ellis ha admitido abiertamente en multitud de ocasiones que los superhéroes no son su género favorito y que no está interesado en ellos más allá de proyectos pequeños que no le consuman demasiado tiempo. En su vuelta a Marvel trabajó primero en el Universo Ultimate y después ya pasó al universo Marvel tradicional, donde entre otros trabajos más curiosos, como la maxiserie Nextwave, redefinió en un primer arco argumental junto al dibujante Adi Granov a Iron Man en la saga Extremis -que algunos años después serviría como plantilla para el guion de Iron Man 3, protagonizada por Robert Downey Jr.-. 

Violenta escena de lucha a página doble, por Mike Deodato Jr.

Es entonces cuando al guionista se le encarga la renovación de Thunderbolts, una serie de grupo que llevaba aproximadamente una década en marcha. Para ello Ellis se tomó todo un año de trabajo; doce episodios agrupados en dos arcos argumentales, tal y como era la preferencia de Quesada a la hora de editar los tebeos de Marvel en ese momento -aunque cada uno de los arcos tiene un mínimo de independencia entre ellos, pueden leerse como una serie regular sin problemas, con varios argumentos importantes que pasan del primero al segundo-. 

Como compañero de fatigas se le asignó al brasileño Mike Deodato Jr. en el mejor momento de su carrera, tras haber sido el dibujante titular de The Amazing Spider-Man y colaborando activamente con la franquicia vengadora, la más importante y vendida en ese momento de la editorial. 

Ejemplo de uso de viñetas detalle por Deodato Jr. en Thunderbolts

Tanto Ellis como Deodato coincidieron en La Casa de las Ideas a mediados de la década de los noventa, aunque el dibujante tuvo peor suerte en sus encargos, ya que le tocó la franquicia vengadora en la que probablemente sea una de las peores etapas editoriales de toda su historia – si no la peor-. El guionista estuvo más ligado a la mutante, la joya de la corona en esa época, pero también tuvo la oportunidad de ocuparse en otro tipo de proyectos -lo más curioso es que ambos trabajaron juntos durante unos pocos números en la colección regular de Thor-. 

En esa época, casi a finales de los años noventa, es cuando aparecieron por primera vez los Thunderbolts. Una colección de marcado tono clásico y aventurero liderada por Kurt Busiek y dibujada por Marc Bagley en uno de sus trabajos más celebrados, cuyos protagonistas estaban llamados a llenar el hueco dejado por los principales héroes de Marvel, que en ese momento habían muerto consecuencia de la fallida maniobra editorial Heroes Reborn -aunque su primera aparición tuvo lugar en un número del Hulk de Peter David, que en ese momento estaba siendo dibujado por un joven talento brasileño, el mismo Mike Deodato Jr.-. 

El Norman Osborn de Mike Deodato Jr. tiene la apariencia de Tommy Lee Jones

Busiek y Bagley construyeron una colección repleta de sorpresas -sobre todo, la de su primer número, algo que hoy en día, con internet, las previews y las maniobras de publicidad editoriales sería prácticamente imposible-, fresca, divertida y con un buen puñado de personajes renovados para la ocasión con un punto común entre ellos: todos tenían un pasado como villanos. 

Con el paso de los años la colección fue evolucionando según las intenciones de sus personajes, que pasaron de ser criminales a intentar redimirse como héroes para luego pasar a trabajar bajo mandato gubernamental, acercándose cada vez más a los preceptos del Escuadrón Suicida de la Distinguida Competencia. Es entonces cuando entran en la serie Ellis y Deodato. 

Pese al paso de los años, Deodato no ha perdido del todo cierta exageración noventera

En ese momento concreto de la historia del Universo Marvel muchos de los héroes de la editorial se habían convertido en prófugos de la justicia ante su negativa a registrarse como tales ante el gobierno de los Estados Unidos. Civil War, el gran evento de esa época, era un punto de partida interesantísimo para contar nuevas historias desde un punto de vista bien diferente al que habíamos conocido hasta ahora. Y la colección de los Thunderbolts era un buen ejemplo de ello. 

Lo que Ellis plantea aquí es una salvajada detrás de otra que a veces llama la atención por su cruda violencia, pero que tiene en el desarrollo maquiavélico de sus personajes uno de sus puntos más fuertes. Norman Osborn, en un movimiento muy parecido al que había vivido Lex Luthor años antes cuando acabó convertido en el presidente de los Estados Unidos, se hace con el mando de los Thunderbolts, iniciando así una escalada hacia el poder que daría pie a una serie de jugosas tramas en el futuro inmediato de La Casa de las Ideas -el Duende Verde siempre había sido uno de los enemigos más importantes de Spiderman, pero también de los más exclusivos y fue aquí cuando empezó a estar considerado como un villano más del Universo Marvel-. Bajo su tutela situó Ellis a varios de los peores y más depravados villanos de la editorial, retorciéndolos y haciéndolos cada vez más terribles. Piedra Lunar se convierte aquí en la manipuladora suprema y Veneno -cuando el simbionte poseía el cuerpo de Mac Gargan- en un monstruo incontrolable devorador de carne humana; el Espadachín no es solo un nazi reconocido, sino que tiene una relación de lo más enfermiza con su hermana muerta y Penitencia es la nueva encarnación de Robbie Reyes, el antiguo Speedball de los Nuevos Guerreros, un masoquista desquiciado psicológicamente devorado por la culpa por su papel en la matanza de cientos de niños. Al lado de ellos, tanto Pájaro Cantor como el Hombre Radiactivo parecen héroes molientes y corrientes -y sin contar a Bullseye, un asesino de masas psicópata, amoral e incontrolable-. 

Alineación de los Thunderbolts en esta etapa

El guionista británico otorga muchísimo espacio a lo que de verdad le interesa: la interacción de todos los personajes con Norman Osborn a través de innumerables conversaciones repletas de tensión y amenaza. A cambio nos ofrece algunas escenas de lucha impactantes en el primer arco argumental, con los Thunderbolts alistados para capturar a todos aquellos héroes que siguen sin registrarse -casos como los de Jack Flag, la Araña Mecánica o Águila Americana-. En el segundo arco argumental el equipo recibe un ataque inesperado en su propio cuartel general, donde se desatará una enorme violencia -y con Doc Samson de actor invitado, en calidad de psicólogo-. Una historia bien construida por parte del guionista que va creciendo en intensidad a cada nuevo número. 

El resto lo pone Deodato Jr. Su vuelta a Marvel para ocuparse de una segunda etapa en la colección de Hulk -con el guionista Bruce Jones- nos trajo a un dibujante que había sabido evolucionar de un clon de Jim Lee a un artista con su propio estilo, que si bien no había dejado del todo atrás algunas características noventeras -como algún escorzo demasiado exagerado o una composición de página a veces errática-, aportaba otras nuevas como un estilo mucho más realista en los rostros de sus figuras, fondos más trabajados y un acabado más oscuro; que en el caso que nos ocupa se complementaba muy bien con color de Rain Veredo –las portadas tenían su propia identidad gráfica, ya que todas estaban realizadas por Marco Djurdjevic-.

Además, Deodato tiene otra habilidad muy apreciada en la industria: es un dibujante rápido y cumplidor con las fechas de entrega, lo que le permite realizar un número cada mes de una serie regular -cuando no dos en casos especiales-. 

En definitiva, los Thunderbolts de Ellis y Deodato es una reformulación de la colección que llevó el concepto de villanos al servicio del gobierno un paso más allá. Un cómic oscuro y violento con varias ideas muy interesantes por parte del guionista -como el plan de sus enemigos para acabar con ellos en el segundo arco argumental-, un poco del sentido del humor negro con el que el británico suele obsequiarnos en sus cómics y un Norman Osborn en primer plano que va convirtiéndose poco a poco en una terrible amenaza a tener en cuenta para todo el Universo Marvel. Deodato es el dibujante ideal para una historia de estas características, más alejada de lo superheroico. Y eso que el uso de referencias fotográficas en clave realista a veces puede despistar más que otra cosa -el caso más llamativo es el de Norman Osborn, que tiene la cara de Tommy Lee Jones-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario