La sargento de la Guardia Civil Lucía Gutiérrez (una estupenda Maribel Verdú, como siempre) tiene las manos llenas en el cuartel de Morón de la Frontera: en plena celebración de la semana santa aparece una nueva droga, apodada nazarena, que hace estragos entre algunos de sus usuarios, provocándoles alucinaciones e incluso poniendo en riesgo su vida. Además, un adinerado profesor que dedicaba buena parte de su tiempo a los más necesitados aparece muerto en lo que parece ser un acto de suicidio a la japonesa, un seppuku. También un joven problemático del pueblo desaparece sin dejar rastro. Y por si todo esto no fuera suficiente, desde la base militar norteamericana que se encuentra en la zona se solicita su colaboración para hallar el paradero de uno de los miembros de su equipo de análisis e informática, que ha abandonado la base y que no se ha presentado a trabajar.
Demasiados hechos para un pueblo tan pequeño -y tranquilo, la mayor parte del año-. ¿Fruto de una enorme casualidad, tal vez, o pequeñas piezas de un todo más grande? Esto es lo que tendrá que investigar la sargento Gutiérrez, junto a un equipo formado por el cabo Martín (Dani Rovira) o la recién ascendida a la Judicial María Yagüe (la joven actriz Abril Montilla).
Detrás de la serie se encuentra Zeta Studios, una de las productoras nacionales más activas en los últimos tiempos (¡García!), que se encarga de adaptar la novela del mismo nombre para la división española de HBO Max. Como creador tenemos a Daniel Corpas, que ha ambientado en el sur de España varias de las historias en las que ha trabajado recientemente, como Sequía (2022) o Malaka (2019). Enrique Urbizu, reputado director ganador del Goya por la estupenda No habrá paz para los malvados (2011), refugiado en la televisión desde hace años, aporta su particular visión en un género que siempre se le ha dado bien, dada la concisión de su mirada y ese gusto por lo sobrio, sin dejar la elegancia por el camino.
![]() |
Maribel Verdú y Mariela Garriga |
Filmada en la propia Morón, se trata de una miniserie de ocho episodios a razón de un capítulo por día, ya que todo lo que se nos cuenta ocurre a lo largo de una única semana. Una investigación que se va desarrollando en paralelo, ya que los americanos traen a su propia policía para que defienda sus intereses. Como era de esperar, una buena parte de lo que ocurre se hace en inglés, por lo que era necesario contar con actores internacionales como Magaly Castillo -vista hace muy poco en Sentencia final, la última entrega hasta la fecha de la saga Misión: Imposible-; Ben Temple, rostro habitual de la televisión española pese a sus orígenes neoyorkinos o Austin Amelio, el mítico Dwight de The Walking Dead y su spin-off Fear the Walking Dead.
Más allá de lo interesante del reparto, o de un caso policial que se ramifica en varias direcciones diferentes, la serie tiene un importante punto de inflexión narrativo en su ecuador, ya que es cuando se revela al espectador quién es el verdadero responsable y cómo están unidas las diferentes tramas, dejando los últimos episodios para que la policía vaya esclareciéndolas. Un juego muy curioso que es sin duda la gran sorpresa de Cuando nadie nos ve, que además cuenta con Urbizu como director de todos los episodios, al menos el principal punto de interés para mí.
Las primeras experiencias del director vasco con la televisión no le salieron nada bien -ese extrañísimo Alatriste de Mediaset- y cuando parecía que había vuelto a encontrar la senda del éxito en el seno de Movistar+ -con la estupenda y castiza Gigantes- su siguiente proyecto dentro de la cadena privada fue un doble estreno en televisión y cine, con un montaje diferente en cada uno de los dos, de una historia de bandoleros titulada Libertad, y que fue recibida con cierto escepticismo pese a su buen diseño de producción, su curioso reparto o su interesante ambientación.
Cuando nadie nos ve lo
tiene todo para triunfar. Una historia bien construida, interesante por sí
misma, contada con oficio y profesionalidad y realizada con los suficientes
medios para que luzca bien en pantalla, incluidos los actores elegidos para
llevarla a cabo. Un hábil thriller policiaco de ambientación rural que, sin embargo,
no acaba de quedarse con el espectador. Quizás sea porque a estas alturas
estamos ya algo cansados del policía eficiente en su trabajo, desastre en su
vida personal y traumado por un hecho del pasado. O porque son ya tantas las
propuestas de cine negro que hemos visto, sea en el formato que sea, que
resulta hasta difícil no mezclarlas unas con otras. A Cuando nadie nos ve
le pasa eso exactamente: no aporta nada especialmente novedoso, al menos hasta
su segunda mitad, cuando se van ofreciendo respuestas y estalla la violencia.
Por lo que resulta difícil acordarse de ella. ¿Es una serie que está bien? La
realidad es que sí. ¿La recomendarías por encima de muchas otras de temática
parecida? Ahí ya me entran más dudas.
![]() |
El actor norteamericano Austin Amelio |
No hay comentarios:
Publicar un comentario