martes, 4 de octubre de 2016

Secuestrados, de Miguel Ángel Vivas

En el 2010 se estrenó esta producción española de terror que juega con una premisa tan simple y poco original como el de una familia que es asaltada en su propia casa por un trío de individuos con el objeto de robarles todo lo que puedan. La hemos visto varias veces ya, pero sigue siendo igual de aterradora, ya que afecta directamente a uno de nuestros miedos más racionales, a ese que nos hace creer que nuestro hogar no es lo suficientemente seguro como para mantenernos a salvo de los peligros que hay ahí fuera.

El director debutó en el año 2002 con un policiaco de suspense. Secuestrados es su segundo trabajo tras las cámaras y esta vez también se encargó de un guión que juega muy bien con el hecho de tratarse de una historia que se desarrolla prácticamente en un único escenario y cuya trama no es más que una sucesión de los mismos temas: sobrevivir, intentar escapar, etc.

Para ello se vale de algunas soluciones muy inteligentes, además de una apuesta técnica muy arriesgada del que sale bien parado: la película está narrada en forma de planos secuencia -12 en total-, un recurso que tan solo se le va de las manos en un par de ocasiones cuando decide partir la pantalla en dos y forzar al espectador a mantener la atención en dos secuencias que se van desarrollando en paralelo.

Pero en todo lo demás, Secuestrados es una película desasosegante que gustó mucho a público y a crítica, que saca un enorme partido a una premisa a priori sencilla y que de verdad se te mete dentro. La violencia, la determinación y la inteligencia que muestran los asaltantes contrastan con la indefensión de las víctimas y su miedo paralizante salta de la pantalla hasta el espectador. De ello tienen buena parte de culpa varios rostros televisivos muy conocidos, como los de Fernando Cayo (El desconocido), Guillermo Barrientos (Hay alguien ahí) y sobre todo Manuela Vellés (Hispania), que interpreta a la hija adolescente de la familia.

Es un buen ejemplo de género, de los que hacen las delicias de los aficionados a los festivales fantásticos y de terror. Una película dura y violenta, que quizás no sea para todos los estómagos, pero que da lo que promete.


Miguel Ángel Vivas se encuentra ahora mismo embarcado en su siguiente proyecto para cine, mientras se ha unido al equipo de dirección de la serie Mar de plástico.

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