En el 2010 se estrenó esta
producción española de terror que juega con una premisa tan simple y poco
original como el de una familia que es asaltada en su propia casa por un trío
de individuos con el objeto de robarles todo lo que puedan. La hemos visto varias
veces ya, pero sigue siendo igual de aterradora, ya que afecta directamente a
uno de nuestros miedos más racionales, a ese que nos hace creer que nuestro
hogar no es lo suficientemente seguro como para mantenernos a salvo de los
peligros que hay ahí fuera.
El director debutó en el año
2002 con un policiaco de suspense. Secuestrados
es su segundo trabajo tras las cámaras y esta vez también se encargó de un
guión que juega muy bien con el hecho de tratarse de una historia que se
desarrolla prácticamente en un único escenario y cuya trama no es más que una
sucesión de los mismos temas: sobrevivir, intentar escapar, etc.
Para ello se vale de algunas
soluciones muy inteligentes, además de una apuesta técnica muy arriesgada del
que sale bien parado: la película está narrada en forma de planos secuencia -12
en total-, un recurso que tan solo se le va de las manos en un par de ocasiones
cuando decide partir la pantalla en dos y forzar al espectador a mantener la
atención en dos secuencias que se van desarrollando en paralelo.
Pero en todo lo demás, Secuestrados es una película
desasosegante que gustó mucho a público y a crítica, que saca un enorme partido
a una premisa a priori sencilla y que de verdad se te mete dentro. La
violencia, la determinación y la inteligencia que muestran los asaltantes
contrastan con la indefensión de las víctimas y su miedo paralizante salta de
la pantalla hasta el espectador. De ello tienen buena parte de culpa varios
rostros televisivos muy conocidos, como los de Fernando Cayo (El desconocido), Guillermo Barrientos (Hay alguien ahí) y sobre todo Manuela
Vellés (Hispania),
que interpreta a la hija adolescente de la familia.
Es un buen ejemplo de género,
de los que hacen las delicias de los aficionados a los festivales fantásticos y
de terror. Una película dura y violenta, que quizás no sea para todos los
estómagos, pero que da lo que promete.
Miguel Ángel Vivas se
encuentra ahora mismo embarcado en su siguiente proyecto para cine, mientras se
ha unido al equipo de dirección de la serie Mar
de plástico.




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