La primera temporada de Víctor Ros, de tan solo seis episodios,
se estrenó en TVE en enero de 2015
tras haberse visto en los canales de Movistar,
coproductora junto a la cadena pública. Su creador es Javier Olivares, responsable
de otros éxitos en Televisión Española
como los de Isabel o la reciente El Ministerio del tiempo.
En este caso se adapta a la
pequeña pantalla al detective Víctor Ros, creación literaria de Jerónimo Tristante,
que ha protagonizado ya cinco novelas ambientadas en el Madrid de finales del
Siglo XIX. Eso supone un enorme esfuerzo de dinero y de diseño de producción
para hacer creíble un momento histórico concreto, además bastante convulso en
lo político y social.
Ros llega a la Brigada
Metropolitana con una inteligencia e intuición fuera de toda duda, acompañado
de una serie de ideas e innovaciones que ha estudiado en el extranjero, lo que
hará que choque con sus compañeros del cuerpo. Pero lo que en un principio parece
un homenaje más al inmortal detective de Conan Doyle, acaba convirtiéndose en otra cosa: Ros es más humano y
pasional, no tan cerebral y una de las características que lo hacen ser un gran
detective es su pasado como ladrón y fuera de la ley. Una vida que abandonó
gracias a un policía que lo encauzó por el buen camino, convirtiéndose en un
tutor y padre para él, interpretado en la ficción por Tito Valverde.
Ros es Carles Francino y
resulta de lo más curioso verlo interpretar las coreografías de lucha que han
ideado para él los equipos de guionistas y de efectos especiales –en este
apartado, Víctor Ros es una de las
series españolas con más uso de efectos digitales y cromas, algo a lo que resulta
imposible abstraerse una vez se está viendo y que marca sin duda la opinión del
espectador sobre la producción-. Y digo curioso porque resulta innegable la
influencia del Sherlock Holmes de Guy
Ritchie y Robert Downey Jr., hasta en los propios títulos de crédito.
La serie cuenta un
procedimental en cada episodio; un nuevo caso al que debe enfrentarse el detective,
mientras una serie de subtramas van desarrollándose en paralelo a lo largo de
los seis capítulos, como la identidad del asesino del protector de Ros o la
tormentosa vida sentimental de este último, que se debate entre dos mujeres que
no podían ser más opuestas: una dama de la alta sociedad, perteneciente a una
familia venida a menos y de ideas liberales y una prostituta determinada a
cambiar su estatus. Ambas interpretadas por dos bellezas como Esmeralda Moya y
Megan Montaner.
No son los únicos rostros
conocidos, hay muchos actores españoles famosos que se prestan a papeles más
secundarios. Como curiosidad, Nacho Fresneda y Aura Garrido, que luego se
juntarían con Olivares en su siguiente proyecto, tienen aquí ese tipo de roles.
Víctor Ros es muy disfrutable. Una serie de acción y misterio con
un marcado componente aventurero y una gran ambientación histórica, que por
desgracia pasó algo desapercibida. No en vano, no ha sido hasta comienzos de
este mismo año que se dio luz verde a una continuación, cuando previamente ya
se había anunciado su cancelación. Afortunadamente, ahora se estrena su segunda
temporada, que constará de ocho episodios.
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