martes, 17 de enero de 2017

Trilogía del Baztán II: legado en los huesos, de Dolores Redondo

La última ganadora del Premio Planeta se dio a conocer gracias a esta trilogía de género negro con una ambientación muy lograda que bebe directamente de las leyendas y la mitología del valle del Baztán, en Navarra. En esta segunda parte, la inspectora de la policía foral Amaia Salazar, que estrena una primera maternidad, debe enfrentarse a un nuevo asesino que obsesionado con la profanación de iglesias y con las ofrendas macabras siembra de nuevo la inquietud y el terror en el valle del Baztán.

Y por si eso no fuera suficiente para enervar a cualquier investigador, no son pocas las conexiones con el caso del basajaun, el asesino en serie que la propia Salazar se encargó de descubrir un año anterior –y que se narró en El guardián invisible-. De hecho, este nuevo criminal se ha denominado a sí mismo como “Tarttalo”, un cíclope de la mitología vasca.

La continuación de la Trilogía del Baztán tuvo tanto éxito como su predecesora y su autora supo cómo continuar la fórmula al mismo tiempo que evolucionaba a su protagonista, en conflicto constante consigo misma con su nuevo papel de madre y los terribles recuerdos de su infancia que le ocasionaron el trauma con su propia progenitora, que no solo la ha odiado desde siempre, sino que vertió en ella sus obsesiones enfermizas. Es decir, de nuevo la vida personal de la inspectora Amaia Salazar es parte esencial de la trama de la novela, una apuesta siempre arriesgada por parte de un escritor en una novela de género negro, pero que aquí Redondo integra a la perfección en la investigación criminal.

De nuevo la ambientación en Navarra y ese juego entre realidad y leyenda que tan bien le sienta a la historia son los puntos fuertes de la escritora. He echado de menos un poco más de hincapié en los hechos pasados, ya que hacía bastante tiempo que había leído la primera parte y me costó un poco entrar de nuevo en la historia, ya que no recordaba todos los roles de los diferentes personajes que en ella aparecían.

Pero la trama sigue funcionando, manejada con pulso firme por Redondo y además deja alguna que otra subtrama pendiente para la tercera parte, Ofrenda a la tormenta. Porque conforme más avanza la inspectora en la resolución del caso, más incógnitas van apareciendo en torno al rol que su propia sangre tiene en la historia reciente de Elizondo. 

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