jueves, 23 de febrero de 2017

Amor perdurable, de Ian McEwan

Esta novela su publicó en 1997, un año antes del reconocimiento que supuso para el escritor el Premio Booker por su novela Ámsterdam. Dato que desconocía cuando empecé a leerla, ya que detecté en ella una nueva preocupación por temas científicos, una deriva que no me había convencido mucho en una de sus últimas novelas, Solar (2010).

Así que queriendo darle una nueva oportunidad a un autor que me había gustado bastante en trabajos como Chesil Beach (2007), acabé leyendo una novela anterior a lo que yo creía. Tampoco es que afecte mucho a la lectura, no tengo tanta sensibilidad con McEwan como para detectar sus influencias, su evolución, etc.

Enduring Love es una novela corta de apenas 240 páginas donde, a partir de un hecho extraordinario y original, cambia la vida del narrador. Joe Rose es un científico que no ha sido capaz de dedicarse a su verdadera pasión, al menos profesionalmente, ya que ha conseguido labrarse una reputación escribiendo artículos y reseñas de temática científica. Vive felizmente casado en Londres con su mujer Clarissa, de espíritu más romántico y especialista en poesía.

Eso da pie a que McEwan introduzca en medio de la narración principal constantes digresiones sobre algunos temas tanto científicos como literarios, un recurso que a veces funciona y otras no tanto, rompiendo el ritmo de lo que se está contando. Lo mejor son los comienzos de la novela, donde McEwan atrapa al lector con suma facilidad –Joe cuenta en primera persona qué es eso tan grave que le ha ocurrido-, sobre todo gracias a un episodio algo surrealista que tiene lugar a las afueras de Londres con un globo aerostático.

El fatídico accidente hace que Joe conozca a Jed Parry, un personaje que rápidamente se obsesiona con él de formas que no se podía ni imaginar. Pero todavía hay algo más extraño. ¿Por qué nadie le cree? Ni sus amigos, ni la policía, ni siquiera su mujer.

McEwan juega con las expectativas del lector y con la mente torturada del protagonista de diferentes formas, de modo que uno no sabe qué se va a encontrar hasta el final de la novela y tras haber pasado por una serie de situaciones más que curiosas, como un intento de asesinato en medio de un restaurante. ¿Es Jed producto de la mente traumatizada de Joe? ¿O es en realidad un desequilibrado que se ha enamorado locamente de un desconocido sin importarle las consecuencias?


La novela es entretenida y debido a su extensión se lee muy rápido. Engancha, aunque tenga algún que otro momento donde uno no sabe exactamente hacia dónde va todo y no se entienda por qué el personaje principal le hace partícipe de ciertas opiniones. Pero es una buena piedra de toque para conocer a este autor inglés. O para reconciliarse con él, llegado el caso. 

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