lunes, 6 de septiembre de 2021

The Good Fight. Quinta temporada

 

Una temporada redonda donde tras la parte más dura de la pandemia de coronavirus The Good Fight, una de las series más elegantes e inteligentes de la televisión actual, vuelve de nuevo a sus diez episodios habituales con esa mezcla única de sátira política, sentido del humor absurdo, drama judicial, desarrollo de personajes y reflejo de la realidad actual norteamericana. Un equilibrio difícil de conseguir al que el matrimonio King, creadores de la serie, no solo se niega a renunciar, sino al que es capaz de sumar diversos elementos propios de la serie que la hacen todavía más única como el juego con los títulos de cada episodio, que en este caso concreto se pueden leer de seguido como si fuera una pequeña historia. 

Lo mismo ocurre con el primer episodio de esta temporada que, como ya ocurrió con su homónimo de la temporada pasada, tiene un toque especial que lo convierte en uno de los más interesantes de este año televisivo. Debido al COVID-19 la última entrega de The Good Fight solo disfrutó de siete episodios para desarrollarse. Desde entonces la producción tuvo que lidiar con la marcha de dos de sus actores principales, Cush Jumbo y Delroy Lindo, que interpretan respectivamente a Lucca Quinn y Adrian Boseman, y con una realidad que, no nos engañemos, ha superado a la ficción en multitud de ocasiones: una pandemia, el movimiento Black Lives Matter, las nuevas elecciones, la negativa del presidente Trump a aceptar el resultado y por supuesto el asalto al Congreso, verdadero punto de inflexión en la historia norteamericana reciente que deja su huella en esta serie con muchísima fuerza. 

Charmaine Bingwa se une a The Good Fight como Carmen Moyo

Ese primer episodio es una lección magistral de ritmo y del uso de los tiempos narrativos en televisión. Los King consiguen despedirse tanto de los actores mencionados como de alguna de las tramas que no pudieron concluir de manera satisfactoria en la temporada anterior, como lo relacionado con el memo 618 que amenazaba con meter a Julius en la cárcel. También se dejan fuera a algún rostro importante como el de Hugh Darcy –que tiene un pequeño cameo- o John Larroquette, para así poder centrarse en las nuevas tramas. 

Las principales tramas que afectan a Diane van a girar, como es habitual, en torno a su vida personal y profesional. En la primera el asalto al Congreso pone en la picota a su marido por su afiliación al Partido Republicano, siendo investigado por el FBI ante las acusaciones de un tercero –Kurt McVeigh, interpretado por Gary Cole, es uno de los mejores secundarios de la serie aunque suela pasar bastante desapercibido-; mientras que en la segunda debe enfrentarse a la enésima reestructuración de un bufete que siempre se ha caracterizado por tener una mayoría de representación negra y donde su papel queda cada vez más en entredicho. 

Mandy Patinkin como el juez Wackner

También hay una nueva incorporación de una joven abogada llamada Carmen Moyo (Charmaine Bingwa) que rápidamente se hace con una serie de clientes importantes ligados a actividades ilegales, lo que siempre viene bien para poner en la balanza la moralidad de muchas de las acciones legales que lleva a cabo el bufete. 

Aunque si hay una trama que destaque en esta temporada es la protagonizada por el autodenominado juez Wackner, que crea por su cuenta y riesgo un tribunal popular en el que cada vez comienzan a celebrarse casos más y más importantes y donde varios asuntos del bufete acabarán ligados. Aquí juega un papel determinante Marissa Gold (Sarah Steele) aunque la palma se la lleva la construcción del personaje del juez a cargo de Mandy Patinkin tras el final de Homeland, de la que era coprotagonista. Stephen Lang (Avatar, Terra Nova) se une al ya extenso plantel de secundarios de la serie, sorprendiendo con una caracterización muy alejada de la que nos tiene acostumbrados en películas de acción. 

Los juzgados han cambiado mucho en la quinta temporada de The Good Fight

La única pega que se me ocurre ponerle a The Good Fight es que diez episodios por temporada están empezando a quedarse cortos con un nivel y un ritmo tan altos. Y quizás cierta contención a llevar alguna trama hasta sus últimas consecuencias. En esta serie se utiliza muchísimo el humor para acercarse a temas que no tienen nada de graciosos, con un equilibrio construido de una forma fantástica que sirve como radiografía de una sociedad tan compleja como la norteamericana. Hay críticas al uso de las nuevas tecnologías, un aspecto al que los King siempre han prestado una atención especial; el racismo sigue siendo uno de los temas centrales de la serie junto a la manipulación de las noticias y la post-verdad. Y en general los abogados protagonistas están continuamente enfrentados a dilemas morales complejos. Los tribunales y asambleas populares son sin duda el punto candente de esta temporada y como es habitual en la serie la solución suele apostar por el humor absurdo –hay personajes que, más que malvados, acaban resultando patéticos-. Y ahí quizás le falte un poco de mala leche a la historia que nos está contando el matrimonio King. 

Historia que continuará con una sexta temporada y que se emitirá, al igual que esta última, dentro del nuevo conglomerado Paramount+.

Christine Baranski y Gary Cole como Diane y Curt


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