viernes, 17 de diciembre de 2021

Astonishing Spiderman & Lobezno, de Jason Aaron & Adam Kubert

 

Portada doble a cargo de Adam Kubert

Tanto Aaron como Kubert son dos viejos conocidos del mutante de las garras de adamantium. En el momento en el que se publicó esta miniserie de seis episodios, entre finales de 2010 y principios de 2011, el guionista era el responsable de las aventuras del canadiense y una de las cabezas pensantes de la franquicia mutante. La Patrulla-X se dividiría en dos grupos antagónicos tras lo narrado en Cisma y Lobezno estaba llamado a ser el líder de uno de ellos, convertido en el director de la nueva escuela para los jóvenes mutantes. Hasta ese momento Aaron había preferido trabajar con diferentes personajes sin quedarse demasiado tiempo con ellos, pero a partir de entonces comenzó a desarrollar sus ideas a más largo plazo. Al cabo de poco tiempo, en la iniciativa Marvel Now!, se convirtió en el guionista de The Mighty Thor y tras una celebrada etapa al frente del Dios del Trueno recalaría en la colección regular de Los Vengadores, en la que todavía continúa a día de hoy. 

Por su parte Kubert es uno de los dibujantes veteranos más importantes de Marvel. A excepción de una brevísima etapa en DC, toda su producción se ha desarrollado en La Casa de las Ideas y si bien es cierto que tras tantos años ha dibujado a buena parte de los personajes del Universo Marvel, la franquicia mutante ha sido siempre su favorita y dentro de ella, Lobezno ocupa un lugar predominante –una trayectoria profesional muy parecida a la de Mark Bagley, intercambiando a Lobezno por Spiderman-. Kubert fue dibujante regular de la primera colección protagonizada por el canadiense y desde entonces ha vuelto en diferentes ocasiones a dibujarlo, ya sea en su propia serie o en proyectos especiales –como la segunda parte de Origen-. 

Ejemplo de la narrativa de Kubert en esta serie y el uso de las cajas de texto

Con estos mimbres uno podría pensar que la miniserie Astonishing Spider-Man & Wolverine no era más que una aventura protagonizada por Logan con Peter Parker como secundario, pero sería un tremendo error. Aaron demuestra saber manejarse con el trepamuros tan bien como con Lobezno, ya que el sentido del humor era una de las características más interesante de sus guiones. De hecho, la caracterización de Peter Parker y su alter ego es tan acertada que la miniserie no se sitúa solo entre los mejores trabajos del guionista, sino que me sorprende que nunca lo hayan tenido en cuenta para liderar alguna colección del lanzarredes –y eso que no pudo resistirse a meter alguna subtrama que luego continuaría en la serie regular de Lobezno-. 

Pero era lo de menos: con tiempo para dedicarle al tablero de dibujo, Kubert entrega unos lápices a un gran nivel, con mucho detalle y con varias secuencias e ilustraciones muy trabajadas. Contando con la ayuda, eso sí, de varios entintadores como Mark Morales, Dexter Vines o Mark Roslan y el color de Justin Ponsor, la guinda a un trabajo artístico de primer nivel. Me gusta mucho de este autor cómo ha sabido reciclar las exageraciones noventeras de sus primeros años para dar salida a nuevos diseños, como se puede apreciar en varios personajes de creación propia que aparecen en esta miniserie. 

El espectacular Lobezno de Adam Kubert

Por su parte, Aaron plantea una historia con varias premisas algo exageradas y un poco locas pero muy bien atadas, con un gran misterio en torno a la naturaleza de lo que está ocurriendo que va resolviéndose poco a poco conforme avanzan los números, apoyándose siempre en la extraordinaria química que consigue entre los dos protagonistas que, si bien llegan a respetarse en algún momento, la verdad es que la mayoría del tiempo no se soportan. 

Spiderman y Lobezno son los dos superhéroes más populares de Marvel y a estas alturas sus caminos se han cruzado en innumerables ocasiones, ya sea en sus propias series regulares o en números y proyectos especiales –por no hablar de que fueron miembros al mismo tiempo de los Nuevos Vengadores de Brian Michael Bendis e incluso hubo una breve serie, Spiderman y la Patrulla-X, ambientada tras el mencionado cisma mutante en la que Peter Parker se convirtió en profesor de la escuela-. Pero este Astonishing es sin duda uno de los mejores, con un Aaron más controlado que en la actualidad, donde sus locuras con los Vengadores no están teniendo la misma aceptación que sus trabajos previos. 

Continuos guiños a los más veteranos

En este Astonishing los héroes tendrán que sobrevivir a una serie de viajes en el tiempo al pasado y futuro de la raza humana, mientras su relación va evolucionando y Aaron pone de relieve las diferentes formas que tienen de encarar la situación, por medio de cajas de texto de pensamiento. Kubert hace un gran trabajo en la ambientación de los diferentes escenarios, aunque es en el futuro donde da el do de pecho, especialmente cuando una amenaza de nivel cósmico pone en jaque al planeta entero. Hay buenos homenajes al pasado de los personajes, detalles ocultos para los aficionados veteranos y alguna que otra viñeta que se queda prendada en la retina. 

También merece la pena destacar el desenlace, que pone de manifiesto la tragedia de ambos héroes. Un final realmente emotivo que es un broche de oro a una estupenda historia de acción y aventura, repleta de humor y acción a raudales, donde tienen cabida conceptos tan curiosos como hombres-mono, el Dinosaurio Diabólico de Jack Kirby, una nueva versión de Ego, el Planeta Viviente, el salvaje Oeste norteamericano, una tierna historia de amor e incluso una colección de villanos de lo más variopinta –un clásico de la Patrulla-X, otro de nueva creación y finalmente uno de los fetiche del guionista-. Y todo ello plasmado por un inspirado Adam Kubert, que si bien nació para dibujar a Lobezno, también ha demostrado en más de una ocasión que tampoco se le da nada mal dibujar a Spidey.



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