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Espectacular portada a cargo de Gil Kane |
A principios de la década de los ochenta Gil Kane regresaba a DC Comics, la editorial donde había despuntado como dibujante más de diez años atrás. Su etapa en Marvel había sido de lo más intensa y a un currículum artístico ya de por sí envidiable -Kane fue el responsable gráfico de la creación de las versiones modernas del Átomo y de Linterna Verde, en su identidad de Hal Jordan- sumó etapas míticas con personajes como el Capitán Marvel, Adam Warlock, Conan el bárbaro y, sobre todos los demás, Spiderman, junto a Gerry Conway y John Romita. También participó activamente en la creación de nuevos personajes como Puño de Hierro o Morbius, el Vampiro Viviente.
Kane es uno de los grandes dibujantes de la Edad de Plata y no abandonó la mesa de dibujo prácticamente hasta su muerte, el 31 de enero de 2000 -entre sus últimos trabajos hay que destacar su vuelta al universo arácnido o sus colaboraciones en editoriales independientes, donde realizó adaptaciones de películas como Jurassic Park o su aportación a El Día del Juicio, con guion de Alan Moore-.
Su etapa en Superman se concentra entre los años 1982 y 1984. Es decir, antes de Crisis en Tierras Infinitas y del relanzamiento posterior llevado a cabo por John Byrne en El hombre de acero. Este dato es importante por dos razones. En primer lugar, porque todas sus colaboraciones en Action Comics fueron sobre guiones de Marv Wolfman, en ese momento uno de los profesionales más importantes de DC Comics -tras su extraordinario trabajo junto a George Pérez en la reformulación de todo el cosmos de ficción de la editorial, el guionista siguió ligado al Último Hijo de Krypton junto a Jerry Ordway en la serie Adventures of Superman-.
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Ejemplo de composición de página a cargo de Gil Kane |
Y segundo porque, al reunirse de nuevo con Julius Schwartz, mítico editor con el que ya había trabajado en su primera etapa en DC, se encontraba con un Superman mucho más poderoso, cuyas historias debían desarrollarse con una alta carga de ciencia-ficción, ya que era la única manera de enfrentar al héroe a amenazas que supusieran para él un auténtico reto -el Superman de John Byrne, que es el que ha perdurado hasta la actualidad, tiene muchas más limitaciones que su homólogo de la Edad de Plata-.
Es por eso por lo que la aportación de Gil Kane, en la línea de autores como José Luís García López -al que DC Comics también dedicó un tomo recopilatorio análogo a éste- es la de un profesional dinámico y versátil, capaz de enfrentarse a cualquier cosa que salga de la mente de los guionistas. Si a eso añadimos su arriesgado punto de vista, el juego que propone con su narrativa, la situación y forma de las viñetas en la página o cómo plasmar los rostros de los personajes, nos encontramos con la razón de que se haya convertido en uno de los dibujantes de superhéroes con un estilo más reconocible por el fandom.
Dada la naturaleza de este bonito tomo, con tapa dura y solapas, aparte de los números de Action Comics en los que Kane participó, recopila sus portadas correspondientes, así como dos historias de complemento, guionizadas por Martin Pasko y Bob Rozakis, ambientadas en Krypton antes de que este explotara y, por lo tanto, del envío del bebé Kal-El al planeta Tierra. También vienen incluidos dos números especiales, el primero de ellos guionizado por el propio Kane y el segundo por Cary Bates. Como guinda del pastel, el DC Comics Presents Annual #3 de Roy Thomas, en el que el Dr. Sivana se las ingenia para hacerse con los poderes de Shazam -Capitán Marvel por aquella época- poniendo en jaque al Superman de dos universos.
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El Superman de Gil Kane |
Las sagas ideadas por Wolfman merecen mucho la pena, contadas en 3 o cuatro episodios. La llegada de Kane a la colección se produce con la primera de ellas ya empezada, donde la magia tiene un papel fundamental: la lucha entre dos hermanos hechiceros en el pasado ha provocado la división de Superman en dos seres diferentes, conservando cada uno de ellos algunos de los poderes del héroe, que tendrá que ingeniárselas para retroceder en el tiempo si no quiere dejar de existir.
El Kane guionista plantea una historia en la que, de manera sucesiva y sin mucha unión entre ellas, enfrenta a Superman a diversas amenazas, tanto cósmicas como naturales, hasta que se topa con un científico que ha llegado al culmen de la evolución humana, desarrollando unos poderes psíquicos capaces de acabar con el Hombre de Acero. Una historia algo alocada, pero muy potente y cuya portada ha sido la seleccionada para encabezar este tomo.
La vuelta de Brainiac y su reformulación centra la siguiente aventura, que se desarrolla en su mayoría en lo profundo del espacio -es una de las características de este Superman que más me llaman la atención al compararla con las que tiene en la actualidad: es capaz de surcar el espacio sin ningún problema, no importa la distancia recorrida ni el lugar de destino-. Su forma robótica o la nave con forma de cabeza hacen acto de presencia para poner contra las cuerdas a su mayor enemigo, un Superman que todavía conserva una Fortaleza de la Soledad a la que se accede con una llave gigante.
Vandal Savage destaca como el principal villano de una nueva saga en la que los viajes en el tiempo vuelven a tener una gran importancia y donde Superman tendrá que hacer equipo con algunos héroes menores de DC, como Rip Hunter, Animal Man -antes de la llegada de Grant Morrison-, el líder del Escuadrón Suicida original o Immortal Man -no es el único team-up de este tomo: al ya mencionado con el Capitán Marvel hay que sumar la unión de los Jóvenes Titanes y la Liga de la Justicia para frenar a las fuerzas de Brainiac en su intento de conquistar la Tierra-.
Esta saga además termina de una manera un tanto curiosa, con un homenaje a los creadores de Superman, que cuando son apenas unos niños se encontrarán con la salvación del planeta en sus manos. Un canto a la imaginación y al poder desatado que conlleva, incluso frente a invasiones alienígenas. Es un tebeo diferente que destaca junto a la única aventura aquí recopilada resuelta en tan solo 24 páginas, con una interesante carrera en la que Superman tiene que salvar la vida de unos niños enfermos. Lo que en cualquier otro momento le llevaría apenas unos segundos, va complicándose cada vez más conforme nuevos peligros para la humanidad van surgiendo, forzando al Hombre de Acero a hacer lo mismo que cualquiera de nosotros: elegir.
Este tomo publicado por DC
Comics contiene los siguientes cómics USA originales,
Superman 367, 372 y 375 (complementos)
Action Comics 539-540-541
Superman Special #1
(1983)
Action Comics
544-545-546
Action Comics
551-552-553-554
Superman Special #2
(1984)
DC Comics Presents
Annual #3 (1984)
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